viernes, marzo 29

No don Andrés, Alatorre no es su amigo. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

0
690

López Obrador insiste en que no sea sancionado el sicario de las noticias Ricardo Salinas Pliego

Don Andrés Manuel López Obrador dice estar convencido de que Javier Alatorre es su amigo. “Se equivocó, pero es una buena persona”, justifica en un improvisado video sacado al vapor a unas horas del alatorrazo, antes, al parecer, de que creciera demasiado la exigencia de retirarle la concesión televisiva a su otro amigo, Ricardo Salinas Pliego, el segundo hombre más rico de México. Ya se han superado las cien mil firmas en Change.org exigiendo algo que en cualquier país civilizado del mundo sería elemental y automático, porque llamar a la desobediencia en medio de una grave crisis pandémica, es un crimen de lesa humanidad.

Hoy en la Mañanera, don Andrés reiteró su respaldo a Salinas Pliego insistiendo en que no se le debe sancionar, aunque la Secretaría de Gobernación y otras instancias están en su papel de amagar con hacerlo. Invoca “la libertad de expresión” para perdonar la gravísima irresponsabilidad de Alatorre y Salinas que le podría costar la vida a muchas personas y que no solo debería costarles a ellos la concesión, sino la cárcel.

Piensa don Andrés -y lo dice sin rubor- que todos, excepto unos cuantos “conservadores” son sus amigos, hasta los más desalmados jefes de la mafia. Hoy por ejemplo regañó -como lo haría cualquier predicador dominical- a los narcos que andan regalando despensas:

“NOOOOO… No se trata de regalar despensas, sino de que dejen de realizar las actividades a las que se dedican. Que piensen en sus familias, sobre todo en sus madres… Deben tomar conciencia. No creo que sea vida andar de un lugar a otro cuidándose de otras bandas. Eso no es vida. Tenemos que buscar opciones todos y no hacernos daño”.

Don Andrés es una ternurita. ¿Quién hubiera pensado que un hombre de izquierda -temido y odiado con tal ferocidad que le robaron dos veces su legítimo triunfo electoral por la Presidencia- resultara, ya instalado en el poder, un ingenuo convencido de que los mafiosos como Salinas Pliego y sus gatos son sus amigos, o narcotraficantes como los hijos y la mamá de El Chapo pudieran “tomar conciencia” y volverse buenos?

Salinas Pliego obliga a sus trabajadores a ignorar olímpicamente las instrucciones sanitarias urgentes para salvar vidas. Debe al fisco 35 mil millones de pesos y no quiere pagar. Ha recibido concesiones para repartir las dádivas presidenciales a los beneficiarios de sus programas electoreros. Se ha hecho megamillonario transfiriendo las remesas de los migrantes. Vende electrométricos caros y malos a los más pobres, con créditos de usura.

¿Este zorro marrullero es “una buena persona”? ¿Se ha hecho inmensamente rico por ser una buena persona? ¿Alatorre, el que no dice esta boca es mía si no le sueltan el bozal, es una buena persona?

Mientras defiende a ese par, don Andrés arremete contra Leo Zuckerman, malinterpretando un mensaje del analista, ciertamente conservador, en forma injusta, sin que Jesús Ramírez Cuevas le aclare paradas a su jefe, porque lo dicho por Leo era una crítica a los burócratas de la “guía bioética” que pretendían priorizar la vida de los jóvenes respecto de los adultos mayores si se diera el caso -como seguramente se va a dar- de que sólo quede un ventilador para salvar una de ambas hipotéticas vidas.

Zuckerman escribe que, sin desearlo, si llegara a contagiarse el Presidente, con esa guía de los burócratas de la bioética se le daría prioridad a un joven cualquiera para salvarle la vida con un respirador, lo que López no entiende bien y hasta da la impresión de no estar informado sobre esa polémica “bioética” que ya le costó el puesto a un director.

NOOOOOO don Andrés. Las concesiones televisivas y radiofónicas han hecho ultramillonarios a personajes que se han burlado de la libertad de expresión durante décadas, al permitirles explotar el espacio radioeléctrico del que somos propietarios los mexicanos. Y para gozar de esas concesiones están obligados por ley a decir la verdad y a no usarlo en contra de la población y del propio Estado mexicano que la representa.

Está convencido don Andrés de que la familia mexicana cuida mucho a sus adultos mayores. En Pejelandia las familias viven el aislamiento en un ambiente de felicidad filial, donde los machones no maltratan a las mujeres y a los niños… y las adolescentes no son acosadas por sus tíos, primos y a menudo hasta por sus propios padres.

Está tan mal informado el Presidente, que hace algunos días, Rocío Nahle le sembró en la mañanera una fake news monumentalmente ridícula. Con cara de princesita de Teatro Fantástico, la Nahle presumía -alentada por el propio fascinado mandatario- la forma en que el príncipe árabe “pidió un aplauso” para la delegación mexicana que estuvo regateando durante horas su postura de no contribuir a la disminución en la producción petrolera para detener la caída de precios.

Pero Reforma publica el video de los hechos reales y en ningún momento el susodicho príncipe pidió ovación “especial” alguna ni para México ni para la delegación que puso en peligro de fracaso las cruciales negociaciones. Al contrario, la petición del propio príncipe de que fuera Nahle la que le preguntara si estaba de acuerdo con lo propuesto por Trump -de asumir parte de la carga de los mexicanos- fue más bien una forma del árabe de dejar en claro la relevancia de la negociación, y el aplauso se dio por el fin de la misma, no como tributo a una señora que, con evidente pánico escénico, pensó que le aplaudían a ella.

Hasta ahí no habría problema, pero engañar a AMLO en plena Mañanera y que éste se trague completita la mentirota de la secretaria y que luego acusen a Reforma de conservador por dar a conocer la verdad de los hechos, habla de que en materia de comunicación el Presidente está totalmente desamparado, a pesar del equipo de 70 personas que apoyan a Jesús Ramírez, quizá el peor vocero presidencial en la historia del país.

Comments are closed.