sábado, julio 27

Víctor Manuel Toledo detracta política energética de AMLO. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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“La reactivación pos-Covid-19 será ecológica o no será”, afirma en artículo de La Jornada

“Una nota periodística ha recorrido el mundo los últimos días. Angela Merkel llama a una reconstrucción verde tras la crisis del coronavirusMerkel reiteró el compromiso de Alemania con el Acuerdo de París y aplaudió el plan verde de la Comisión Europea para que ese bloque neutralice las emisiones contaminantes de la atmósfera hacia la mitad del siglo”, escribe nuestro secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el biólogo Víctor Manuel Toledo, en un artículo para La Jornada que confronta abiertamente la política energética del presidente López Obrador:

“Obnubilados con el petróleo, aun cuando éste se agotará en seis años, no hay a la fecha ningún proceso activo de transición hacia energías renovables en México“, acusa Toledo en una colaboración periodística donde se deja en claro que el secretario no se anda con medias tintas.

“Lo anterior hará que el país no cumpla con sus compromisos con el Acuerdo de París sobre cambio climático. Durante la transición, Pemex se deberá convertir en Solmex y las gasolineras en estaciones eléctricas. Tendrá que crearse una empresa estatal o público-privada de automotores eléctricos, aprovechando la abundancia de litio, el cual se debe considerar estratégico. Igualmente se deben formar miles de cooperativas rurales productoras de energía renovable, creando igual número de empleos verdes. Así, se integrará una red de energía descentralizada de “prosumidores”, es decir, de consumidores que producen su propia energía”.

Sólo le faltó a don Víctor Manuel Toledo pronunciarse abiertamente contra la construcción de la refinería de Dos Bocas. Sería muy interesante un debate entre con el demoledor Alfredo Jalife, quien defiende con vehemencia, en el video anexo, la construcción de la refinería cuyo nombre evoca la dicotomía de voces en el gabinete de la cuatroté sobre cuál debe ser el diseño de la política energética mexicana.

Dos bocas, dos voces: por un lado, la del Presidente López Obrador y su secretaria Rocío Nahle, “obnubilados con el petróleo, aun cuando éste se agotará en seis años” (Toledo dixit) y por el otro, el ministro de Medio Ambiente que los detracta en forma nada discreta.

“Es en este contexto que un gobierno antineoliberal, como el de México, tiene la magnífica oportunidad de diseñar y poner en acción una recuperación económica y social diferente, fundada en la transición ecológica, pues… la salud humana depende de la salud del planeta. La reactivación posneoliberal del país debe contemplar al menos seis transiciones ligadas con los alimentos, el agua, la energía, la conservación, las industrias y ciudades y la educación”, agrega Toledo, y remata luego de proclamar que “¡Ya es hora de que el Estado tome en sus manos la alimentación de los mexicanos!”:

“Un segundo tema es la transición de energías fósiles a energías renovables. Una cosa es transitarla bajo el modelo privado/estatal basado en empresas del Estado y corporaciones privadas, lo cual refuerza el control centralizado y vertical, y otra es la vía estatal/societaria donde el “switch energético” va quedando en manos de la sociedad y sus redes: manejo de energía solar, eólica e hidráulica a pequeña escala y con dispositivos accesibles y baratos para hogares, manzanas, edificios, barrios, comunidades, municipios. Eso se llama democracia energética”.

¿Este llamado enérgico de un hombre que muy lejos de andar de lambiscón del Presidente -como algunos de sus allegados, y más lejos aún de traicionarlo -como parece ser el caso de Manuel Bartlett– será escuchado y tomado en serio?

Lo dudamos mucho. El mandatario mexicano realmente parece estar obnubilado no solamente en el tema del petróleo, sino con su obsesión de dejar impunes a ex mandatarios que, como Felipe Calderón, solaparon la protección que Genaro García Luna le brindaba al Cártel de Sinaloa, hecho abominable que era evidente para todo el mundo, incluida la ex embajadora gringa, menos para el Tomandante Borolas. Quizá porque, dicen, se la pasaba ebrio la mayor parte del tiempo.

¿Cómo olvidar, en este contexto, que se dejara libres a dos hijos de El Chapo ya capturados en Culiacán, o el apretón de manos coloquial y amistoso de AMLO a la madre del narcotraficante más famoso del mundo?

CON INFORMACIÓN DE:

La Jornada.- https://www.jornada.com.mx/2020/05/05/opinion/015a2pol

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