Una vez pasa. Dos, quizá, pero esta es la tercera vez que la riegan reyes y presidentes

“Vuestro José Luis Borges (sic), nuestro también, por universal, dejó escrito también que el idioma no es sólo un instrumento de expresión y comunicación, sino una tradición y un destino”, decía en solemne discurso Felipe VI, rey de España, hace 4 años, durante la inauguración del Congreso Internacional de la Lengua Española, en Córdoba, Argentina, y en el contexto de la exigencia del Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de que la corona ofreciera una disculpa a los pueblos colonizados por España, por los abusos indecibles contras sus derechos humanos.

El rey sufrió tal andanada por su resbalón en redes sociales y medios tradicionales de comunicación, que a todo el mundo le hizo recordar el mismo error cometido en 2002 por el Presidente Vicente Fox, tachado habitualmente de ignorante y a quien se señala de haber sido obsequiado por la Universidad Iberoamericana con un título profesional gratuito.

Pues esta mañana, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cometió exactamente el mismo error, hacia el final de su conferencia de Prensa, pero además en el contexto de corregir a Fox en otro error cometido alrededor del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, a quien Chente le atribuyó un Premio Nobel de literatura, equivocadamente.

La anécdota probablemente de pie a una andanada de críticas contra el actual mandatario mexicano, porque el error, aparentemente inocuo, pero cometido por tercera vez, daría pie a lo inconcebible en un hombre que presume bases culturales sólidas y estar bien informado.

Es previsible, sin embargo que, con toda probabilidad, don Andrés señalará la mala leche de sus adversarios, los “conservadores hipócritas y reaccionarios”, como califica invariablemente a quienes no congenian del todo con algunos de sus desatinos. O tal vez todo pase desapercibido, porque el control que ha logrado imponer a la prensa en general –víctima por cierto de asesinatos no resueltos como en ningún otro país en el mundo, en tiempos de paz– ha originado una especie de pánico en medios tradicionales y digitales emergentes a enderezar críticas contra un gobierno absolutamente cerrado a escuchar y avocado tiempo completo a imponer una ideología, a la que llama “revolución de las conciencias”. Ya veremos