viernes, julio 26

¡Los marxianos llegaron ya! LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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¿Contaminan el maravilloso instrumento de los libros de texto gratuitos con “marxismo de manual”?

Con todo respeto, don Andrés nos está dando ya muy serios motivos de preocupación. Sigue atacando a Xóchitl Gálvez (en realidad la promociona sin percatarse), en violación abierta de los principios constitucionales de equidad en las contiendas electorales y a pesar de señalamientos restrictivos explícitamente formulados por la autoridad electoral, a la que se pasa el Presidente, entre bromitas francamente de mal gusto, por el arco del triunfo.

Invoca el locuaz mandatario su derecho a expresarse libremente, cuando lo que en realidad hace es explotar cuantiosos recursos públicos de su Mañanera para demonizar a sus adversarios y pontificar su propio movimiento político, algo que en toda su vida como opositor reprochaba a la “mafia del poder“.AMLO critica a sus antecesores pero no hace nada

Dice tener pruebas de sus dichos, de los latrocinios y atrocidades de sus denunciados, pero no enfila acusaciones formales en las instancias legales correspondientes, sino que usa esos presuntos delitos de los “neoliberales corruptos” como instrumento de propaganda para asfixiar a sus opositores. Propaganda, insisto, financiada con recursos públicos ante la mirada azorada de cualquiera que no esté fanatizado con su “evangelio”.

Tan injusto sería acusar a todos los morenistas de violadores de las leyes electorales (aunque apoyen con desplegados esas escandalosas trapacerías), como lo es acusar a todos los prianperredistas de corruptos. Son solo unos cuantos -que además todo el mundo conoce- los que se valieron del poder para enriquecerse hasta a la ignominia. Esos, los “jefes de la mafia del poder“, deberían estar en la cárcel. Pero don Andrés los respeta. Los hace sus asesores. Los llama “licenciado Peña Nieto” y no los toca con el pétalo de una acusación formal. Solo los usa para desprestigiar a sus correligionarios a fin de ganar todas las elecciones, incluso formulando pactos nada secretos de impunidad, premiados con embajadas.

No conformes con ello, ahora los falsos izquierdistas que apoyan esas estrategias ilegales, van por los niños mexicanos, imponiendo libros de texto gratuitos elaborados con el mismo estilo mañanero del Presidente, es decir, plagados de errores y dogmas obsesivos.

Inspirados en un vulgar marxismo de manual, incapaces de entender el extraordinario ejercicio intelectual que implica la dialéctica marxista, es decir, el papel de la ideología en la articulación de diversos modos de producción en formaciones sociales y momentos históricos específicos, conforme a la evolución de las fuerzas productivas, lo que representa el mayor conocimiento humano en materia de Ciencias Sociales, estos resentidos solo medio entienden el complejo concepto de “lucha de clases“, pervirtiéndolo como los fascistas rojos que llevaron a la Unión Soviética al holocausto del estalinismo.

Hay gente buena en todas las clases sociales y en todos los partidos políticos. También hay vivales entre los pobres y en Morena mismo, por mucho que quieran dárselas de inmaculados. No se debe satanizar a toda la “clase media aspiracionista” ni a todos los militantes de partidos tradicionales por las acciones ilegales de unos cuantos líderes que, insisto, deberían pagar judicialmente sus culpas.

Tiene razón el destacado senador Germán Martínez cuando afirma que los libros de texto doctrinarios de don Andrés, solo hundirán a los más desprotegidos con dogmas elementales y les impedirán el acceso al verdadero conocimiento, sobre todo el matemático, cada vez más indispensable en la etapa actual de vertiginosa evolución de las fuerzas productivas.

Solo los hijos de clases sociales ilustradas tendrán acceso a los textos de matemática avanzada que les permitirán tener un futuro laboral promisorio, mientras los más pobres se limitarán al mísero alcance de libros de texto de los cuales solo conozco, hasta ahora, unas cuantas pinceladas preocupantes, ¡pero por culpa de quienes han mantenido en secreto -hasta el próximo martes- sus contenidos, seguramente por vergüenza!Nuevos libros de texto gratuitos con errores

Como nunca, la escuela obradorista cumplirá el nefasto papel que marxistas de verdad como Louis Althusser (Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado) denunciaron como mecanismo de legitimación de las desigualdades sociales, contrario al supuesto papel de la educación como instrumento de movilidad social ascendente.Ideología y aparatos ideológicos de Estado, L. Althusser

Pena debería darles a los autores ser tan arrastrados que se adelantan a la academia de la lengua para legalizar expresiones “populares” como la de comerse las heces, perdón las eses, y adicionarlas donde no van, en un ejercicio de lambisconería y culto a la personalidad francamente patético.

Cualquiera que haya tenido oportunidad de leer “Civilizaciones Extraterrestres” de Isaac Asimov, sabe que las probabilidades de vida inteligente en el universo son tan vastas, que por eso no ha habido manifestaciones abiertas de contacto, porque las que han logrado desarrollar las tecnologías limpias que les permiten viajar años luz de distancias impensables para nosotros (que estamos a punto de destruir nuestro propio planeta) no les interesa dialogar con seres tan salvajes y deshumanizados que siguen obsesionados con la producción petrolera en pleno auge de las energías limpias que podrían salvar nuestro futuro.Isaac Asimov, civilizaciones extraterrestres

Mantener oculta la existencia de pruebas irrefutables de viajeros del espacio en la Tierra, es el mayor insulto que los líderes mundiales han hecho a la inteligencia humana. La conciencia plena de que no estamos solos en el universo, sino que por el contrario, existe una gigantesca gama de formas de vida inteligente, podría habernos llevado desde hace décadas a un umbral de civilidad y solidaridad humanas que solo los soñadores apasionados con las manifestaciones religiosas honestas y los conocimientos científicos verdaderos, podemos ahora precariamente imaginar.

 

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