viernes, julio 26

La profecía se cumple: Xóchitl se perfila como la candidata del Frente. De la Madrid, fuera

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Sintomático que eliminen al hijo del Presidente que inauguró la dictadura neoliberal

Por Jesús López Segura

Fue Miguel de la Madrid Hurtado el Presidente que dio la espalda a la Dictadura Perfecta del PRI en la década de los ochenta, obligando a los militantes “nacionalistas revolucionarios” a irse a la aventura -con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza- de disputarle al partido hegemónico por excelencia la Presidencia de la República con el Frente Democrático Nacional, traicionado por Manuel Bartlett, un presunto “nacionalista revolucionario” sui géneris.

Ese gran hito histórico terminó con la alternancia interna de un partido que dominó por completo el panorama político mexicano durante 7 décadas seguidas, mediante el mecanismo -nunca me cansaré de recalcarlo- de rolar cada 6 años la Presidencia entre las dos corrientes dominantes en su seno, los conservadores -con presidentes como Miguel Alemán y Gustavo Díaz Ordaz como prototipos de esa corriente- y la Nacionalista Revolucionaria, con mandatarios como Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos como sus representantes típico-ideales (en la terminología Weberiana).

De la Madrid rompió con ese mecanismo de rotar las dos corrientes al interior del PRI y dio pie con ello a 36 años de brutal dictadura conservadora, neoliberal o neoporfirista como la llama López Obrador, que sin rubor alguno recurrió al magnicidio de Colosio, a descarados fraudes electorales y al genocidio para mantener aterrorizada a la población mientras saqueaban las finanzas públicas y desmantelaban todo el aparato productivo del Estado.

López Obrador parece ahora empecinado en obrar en forma similar, burlando la ley y a las autoridades electorales para imponer la dictadura de lo que él llama “la cuarta transformación” y que muchos identifican con la izquierda latinoamericana, pero que en realidad no es más que el nacionalismo revolucionario priista que regresa por sus fueros para seguir jugando a la alternancia con los conservadores, pero ya no al interior de un mismo partido, pues en Morena (hasta que Marcelo lo permita, porque ya vimos que a Monreal lo domesticaron, por no decir que lo castraron) está prohibida la disidencia y si no, que le pregunten a Lilly Téllez, a Germán Martínez y ahora a la inteligente y valiente diputada Adela Ramos Juárez, entre otros.

Es muy sintomático que el Frente haya desechado de un plumazo al hijo de aquél Presidente que inauguró la dictadura neoliberal y que muy probablemente de un plumazo también se lleve entre los pies al eterno candidato empanizado y frustrado Santiago Cree-él y al prototipo del nacionalismo revolucionario priista Beatriz Paredes, para abrirle paso a Xóchitl Gálvez, la candidata que quería ser jefa de Gobierno pero terminará disputando la presidencia por obra y gracia del propio mandatario López Obrador que, sin proponérselo, la encumbró subiéndola innecesariamente al ring de la pelea estelar.

 

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