El problema es que, al parecer, AMLO hace caravana con ese sombrero ajeno

Por Jesús López Segura

A pesar del ambiente político polarizado, la disminución en más de un 5% de los niveles de pobreza entre 2018 y 2022 es un avance significativo. Expertos en el foro “Tres décadas de pobreza y desigualdad en México“, organizado por la UNAM, señalaron que este éxito se debe en gran medida al aumento de los ingresos laborales promedio en el país, destaca una nota de La Jornada.

Aunque el gobierno actual enfrenta críticas por el aumento al doble en la cifra de personas sin acceso a atención médica, esto no ha impedido la reducción de la pobreza. En medio de esta discusión, Gerardo Esquivel, investigador de El Colegio de México y ex subgobernador del Banco de México, destacó el incremento del 4.6% en los ingresos promedio según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), especialmente en los hogares con menores ingresos.

Lo que no aclara Esquivel es de dónde proviene ese 4.6% de incremento en los ingresos de las familias pobres, porque podría suponerse -y es lo que ha estado haciendo, precisamente, el Presidente López Obrador– que se debe a las pensiones, becas y otros programas sociales de la “cuarta transformación”, pero ello no checa con el hecho de que los mexicanos en condición de pobreza extrema crecieron en número, como lo plantea discretamente el mismo informe de la Coneval.

Si el rescate fue por los programas del Gobierno, los principales beneficiados serían los más pobres, puesto que los muy limitados alcances de, por ejemplo la pensión de adultos mayores (2 mil 400 pesos al mes) beneficiarían mucho a ciudadanos en pobreza alimentaria, pero difícilmente “sacarían de la pobreza” a quienes no sufren esa situación extrema.

Un promedio de 60 mil millones de dólares anuales que envían los migrantes directamente a sus familias desde, principalmente, Estados Unidos -incluso durante la pandemia- puede explicar con mucho mayor certidumbre el hecho de que esas familias en particular, que fueron capaces de apoyar a sus miembros a migrar en búsqueda de fortuna, salgan de la categoría de pobres.

Por ello resulta de muy mal gusto que el Presidente de México celebre el fenómeno como si fuera un logro de su administración y no de los heroicos migrantes que triunfan al otro lado de la frontera a tal punto que pueden enviar 2 mil millones de dólares mensuales a sus familiares, es decir, unos 400 dólares, cada mes, a 5 millones de mexicanos.