Incluso admite que las modificó para satisfacer inquietudes de Marcelo Ebrard

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

El Presidente López Obrador reconoció esta mañana -al ser cuestionado sobre la rebelión de Marcelo Ebrard– que fue él mismo quien redactó el documento en donde se establecen las reglas para la sucesión presidencial en su partido, aun cuando en infinidad de ocasiones ha sostenido públicamente que él no se metía en cuestiones partidistas.

Menciona don Andrés que esas reglas incluían los planes específicos para que las corcholatas derrotadas asumieran cargos determinados, como el liderazgo del Senado en el caso del segundo lugar, y explica que él personalmente atendió las exigencias del excanciller Marcelo Ebrard Casaubón y modificó las reglas de competencia interna para complacerlo, por lo que “no hay motivo para la reacción de enojo de Ebrard y su amenaza de abandonar Morena y el movimiento… No hay ningún motivo. Sin embargo, él puede tener otros elementos y está en su derecho de manifestarse”, concedió.

A pesar del tono y la actitud de presunto sinceramiento que imprime a sus confesiones, el mandatario omite referirse a las denuncias documentadas del excanciller en el sentido de que gobernadores, “siervos de la nación”, la Secretaría del Bienestar y muchas otras instancias oficiales se volcaron, “en nado sincronizado” -y desde hace mucho tiempo- para apuntalar el crecimiento de Claudia Sheinbaum en las encuestas.

El Presidente narró con lujo de detalles, cómo él mismo participó en la creación de las reglas de sucesión y cómo todos los que participaron estuvieron de acuerdo:

“Escuché a Marcelo, que estaba inconforme por dos cosas: una, porque no se estaba pidiendo la renuncia de los que iban a participar y de manera especial, la renuncia de Claudia como Jefa de Gobierno. Pensaba que esto le daba más ventaja. Y Claudia no quería dejar inconclusos sus compromisos, sus obras. Entonces se pensaba que podía estar más tiempo. Entonces en mi planteamiento, en mi propuesta, establecí la renuncia. Y eso fue un planteamiento de él”.

“Y dos: él pidió que la pregunta más importante se hiciera en urna. El planteamiento era que se arrancara; al final se hizo un disco… Y yo establecí en mi documento que se hiciera de esa manera”.

Vicente Fox fue grabado en video en la víspera de su propia sucesión gritando a voz en cuello:
“¡Cualquiera que sea el candidato de la oposición habrá de ser derrotado por el candidato de Accioooón Nacionaaaal”!

Recuerdo muy bien que en Notiguía Televisión reproducíamos frecuentemente ese video para dejar en evidencia que el presidente de las botas usaba los recursos de su administración para apoyar a su partido. Una vez balconeado en ese lapsus imperdonable, Chente procuró (con las limitaciones del caso de todos conocidas) moderarse en esos desplantes.

En ese entonces esa conducta reprobable, no tenía el status de “delito grave” como ahora, precisamente gracias a las iniciativas de un mandatario que durante varias horas diarias, durante 5 años, se ha dedicado a detractar a los opositores de su partido a los que no baja de corruptos y saqueadores, para luego explicar, también una y otra vez, que él no se inmiscuye en cuestiones partidistas.

Incluso hoy mismo, habiendo entregado el bastón de mando a la beneficiaria de su elección, sigue hablando pestes de sus opositores, al mismo tiempo que aclara que es culpa de los “periodistas” que le preguntan sobre esos temas prohibidos, y reitera la promesa de que ahora sí se va a limitar a hablar de cuestiones propias del desempeño en su administración.

Con el INE y sus satélites estatales en la bolsa, con los medios tradicionales y redes sociales de su lado, con las masas de fanáticos que lo adoran, cualquiera podría decir que los esquizofrénicos somos nosotros.