Pero Dante Delgado le mete zancadilla. Le prende una vela a Marcelo Ebrard

El gobernador de Nuevo León por Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda, con apenas dos años en el puesto y luego de sus promesas reiteradas de que completaría su gestión, presentó una solicitud de licencia por seis meses, con el fin de participar en la elección presidencial del 2 de junio del 2024.

Mal asesorado, propuso a su Secretario General de Gobierno, Javier Navarro Velasco, como el gobernador sustituto, cuando la ley marca que si la licencia es por más de un mes, será el Congreso del estado el que nombre al sustituto.

Hay que recordar que García ha tenido serias dificultades con la mayoría prianista del Congreso local, y que ha hecho malabares para minar esa mayoría, lo que perfila diversos escenarios en los que el ambicioso joven podría perder la gubernatura por nada a cambio, porque sus posibilidades de triunfo en la Presidencial son mínimas y no podrá regresar a la gubernatura.

Por su parte, el dirigente de MC, Dante Delgado, declaró inesperadamente que Samuel García representa la opción interna para ser el candidato de su partido a la Presidencia de la República, pero el excanciller Marcelo Ebrard representa la opción externa. Afirmó que MC no sólo tiene el mejor proyecto para el país, sino además tendrá la mejor candidatura a la Presidencia.

En su discurso, el político veracruzano rechazó que MC divida a la oposición al postular a un candidato a la Presidencia de la República, en lugar de sumarse al frente opositor conformado por el PAN, PRI y PRD.

“En el último año, Movimiento Ciudadano ha sido cuestionado por las decisiones que hemos tomado. De manera burda y agresiva nos han acusado perversamente de dividir a la oposición y de estar al servicio del Presidente. Eso es totalmente falso y el tiempo nos ha dado la razón. Es falso, porque la alianza no es oposición, es la vieja política queriendo recuperar el poder, los privilegios y la impunidad que perdieron”, denunció.

“Movimiento Ciudadano hizo lo correcto al no unirse a ninguna alianza y al no violar la ley adelantando los procesos electorales, al no caer en la ilusión del fenómeno que no lo fue, al no ceder a la presión de poderes fácticos que, en su desesperación por el presente, olvidaron que los problemas del país se gestaron en el pasado”.