sábado, julio 27

¿Habrá enloquecido don Andrés Manuel? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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“AMLO, mezquino, enojado y autoritario ante la tragedia”, concluye Salvador García Soto

El columnista Salvador García Soto -a quien respeto- publica hoy en su famosa columna de El UniversalSerpientes y Escaleras“, el testimonio de un ciudadano de clase media (al parecer un médico) que intentó llevar a Acapulco tres camionetas cargadas de ayuda humanitaria y fue asaltado, golpeado y amenazado en un retén del Ejército que no solo lo despojó de los productos que llevaba, sino que también le robó las llantas de refacción de las camionetas a las que les rompieron los cristales y las calaveras ¡a culatazos!

Imponer retenes militares para impedir que la ayuda de la legendaria solidaridad de la sociedad mexicana, en casos de desastre, llegue a los damnificados por el huracán más terrible de toda la historia de Guerrero sería, de ser cierto, un acto de soberbia criminal. Por donde quiera que se le mire.AMLO controla la ayuda a damnificados de Acapulco

Aún cuando -en el supuesto obradorista- esos ciudadanos planearan vender esas mercancías a los damnificados, como una forma corrupta de sacar provecho de la tragedia, capitalizando la ayuda que la sociedad donó generosamente, incluso en ese caso hipotético en el que busca justificación esa política atroz del mandatario, al presuntamente establecer los “retenes de la muerte”, los perjudicados, en última instancia, serían las víctimas que no tienen forma de conseguir alimentos y agua potable para atender a sus familias.

Militar roba a viajeros a Acapulco

Militar extorsiona a personas que llevaban ayuda a Acapulco

Mi hija me comentó hace dos días que los miles de soldados enviados por López dizque para ayudar, establecieron retenes para decomisar la ayuda que particulares e instituciones de la sociedad civil enviaban a los damnificados. No le creí. Pensé que eran exageraciones de alguna prensa ciertamente corrupta -como jura López Obrador– pero que en casos de desastre -me consta porque no acabo de nacer- se olvida del negocio -con deshonrosas excepciones- y se vuelca por completo en un solidario ejemplo de servicio a la sociedad lastimada por la catástrofe. Los ejemplos son innumerables.

Pero cuando leí esta mañana la columna de García Soto me quedé perplejo. Los militares, según el testimonio grabado por un propietario de condominio en Pichilingue -encargado por los condóminos a llevar la ayuda recaudada para los trabajadores que cuidaban el lugar- fue tratado como criminal por los militares del retén. Golpeado, con un culatazo en la boca y una patada en el cuerpo, esposado y despojado, con el argumento de que -por órdenes federales- la ayuda solo podría ser canalizada por los militares y la Guardia Nacional. “Ahora a chingar a su madre, dense la vuelta y adiós”, le dijeron.Ayuda humanitaria para Acapulco por Otis

Mientras estos soldados supuestamente hacían de las suyas, el comandante supremo de las fuerzas armadas andaba de gira en el Estado de México donde opinó que Donald Trump es un hombre rudo pero “visionario”, y anunció que será en Huehuetoca donde instalará su famosa central de abasto de medicamentos (o mega farmacia) para que se acumulen ahí todas las medicinas existentes y se distribuyan a cualquier punto del país donde se requieran.

¿Habrase oído disparate mayor alguna vez en toda la historia de la burocracia? O sea que si un enfermo de hipertensión -o de cualquier otra enfermedad-, requiere una pastilla que escasea en ese momento en Tijuana, donde radica, un avión de la fuerza aérea partirá del aeropuerto Felipe Ángeles (que es el más cercano, por mera casualidad, a Huehuetoca), fletado con ese medicamento para llevárselo, gratuitamente ¡hasta Baja California!

No, si don Andrés es un verdadero genio. De que se las arregla no para resolver los problemas de la gente, sino sus personalísimas angustias -como la de resolver la inutilidad de su obra aeroportuaria, aunque les cueste una fortuna a los mexicanos- nadie puede tener la menor duda. Pero en fin, volviendo a los retenes de la muerte, García Soto reflexiona:AMLO controla la ayuda humanitaria

“O el presidente enloqueció en el último tramo de su gobierno o se está comportando de una forma totalmente inconstitucional al impedir que los ciudadanos puedan ayudar libre y personalmente en la tragedia de Acapulco, con la única idea de monopolizar el reparto de apoyos, tal y como lo hizo con la pandemia de Covid en donde sólo él y su gobierno, también apoyados con el Ejército, podían vacunar a los mexicanos. En los hechos, por su egocentrismo, molestia y el saber que se equivocó en la prevención y alertamiento de este desastre, López Obrador ha perdido la cordura y está actuando peligrosamente en contra de los ciudadanos, de sus derechos y de su buena intención de ayudar a los hermanos guerrerenses en desgracia. ¿O de plano ya entramos en estado de excepción en esa parte de la República y un Ejército ciego en su lealtad (por tanto dinero y poder que les ha dado) se está poniendo en contra del pueblo y de los ciudadanos que deben defender?”

En lo personal, no creo que don Andrés haya enloquecido. Sí creo que está desesperado porque cada vez le cuesta más trabajo encubrir su única y verdadera intención de gobierno: militarizar la vida pública nacional hasta tal punto que se garantice la continuidad de la 4té, independientemente de lo que digan los ciudadanos en las urnas.

Eso es lo único que le importa. El empoderamiento inédito de los militares tiene esa consigna final. Por eso delinque a diario en La Mañanera despotricando contra sus opositores y contra la prensa libre e independiente. Por eso militarizó la Seguridad Pública en lugar de confiar en el pueblo eligiendo democráticamente a los miembros, civiles, de la Guardia Nacional, para que radicaran en sus lugares de origen y fueran revocados de inmediato si el propio pueblo los sorprendiera pactando con criminales.Militares México

Por eso descartó a las farmacias y nos tuvo formados en filas kilométricas para que los militares nos vacunaran con el producto que les diera la gana y en las fechas y horas que les diera la gana. Porque no confía en la gente, solo en los militares a los que llama eufemísticamente “pueblo uniformado.”

Por eso les da en concesión el Tren Maya, los aeropuertos, una línea aérea, las aduanas, el reparto de libros de texto. ¡Todo a los militares! y limosnas en forma de pensiones muy limitadas a la sociedad civil.

Le causa pánico al mandatario que los guerrerenses damnificados pudieran quedar más agradecidos con clasemedieros altruistas que con sus servidores de la nación o los soldados y marinos. Quiere todos los votos posibles para Morena y está dispuesto a sacrificar las vidas humanas que sea necesario para lograr ese objetivo, siempre que se le dé crédito al testimonio publicado por García Soto y a otros similares publicados en redes sociales.

Por eso la Guardia Nacional observa con indiferencia los saqueos. Por eso los abrazos y no balazos a los delincuentes, pero no a los ciudadanos hartos que se organizan para la autodefensa. A esos sí permite don Andrés que los masacren.Guardia Nacional y saqueos en Acapulco

Todo esto indicaría que en México se prepara la instauración de una dictadura al estilo de Daniel Ortega en Nicaragua. Ahora solo me quedaría ver cómo mis viejos amigos como Daniel Serrano (el líder morenista de Los Puros en el Estado de México) o la propia gobernadora Delfina Gómez, que me parece una buena persona, se las arreglarían para explicar esta terrible desviación de los principios más elementales de la cuarta transformación.

O esperar que vengan los militares a tumbar a culatazos la puerta de mi modesta empresa periodística, tal como hace 55 años, Días Ordaz mandó tumbar la puerta de mi preparatoria a bazucazos.

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