Confronta el mandatario a la reportera Reyna Haydee Ramírez con Nancy Flores, de Contralínea

Un muy buen pimponeo de argumentos se dio esta mañana en la conferencia de AMLO con la reportera sonorense Reyna Haydee Ramírez, quien había estado varios meses fuera de la jugada. Reyna insistía en que lo ocurrido en Texcaltitlán, Estado de México, revela una situación que se observa en muchos municipios del país, mientras que el Presidente lo minimizaba a un caso aislado, “la excepción y no la regla”.

El viernes pasado, Texcaltitlán dio la nota a nivel nacional, cuando un grupo de campesinos decidió enfrentar a los miembros de la Familia Michoacana que intentaban aumentarles el cobro de piso que vienen pagándoles desde hace años, con el resultado fatídico de una docena de personas asesinadas, la mayoría delincuentes muertos a machetazo limpio.

Don Andrés desviaba la atención hacia otros asuntos, como de costumbre, acusando a los gobiernos anteriores, principalmente refiriéndose a Calderón, aunque esta vez incluyó en su perorata a Peña, así, a secas, sin colgarle el membrete de “licenciado Peña Nieto“, y manejando las gráficas multicitadas según las cuales los índices de asesinatos dolosos han mantenido una tendencia a la baja en su administración.

A Reyna, quien cada vez que la enfocaba la cámara aparecía en primer plano un palero de esos que abundan en la Mañanera haciendo gestos de desaprobación por la persistencia de la valiente reportera, se le pasó mencionar un dato fundamental, el del número de homicidios dolosos durante el obradorato (175 mil y contando), cifra mucho mayor que las de los sexenios anteriores completos.

Y otro dato que contribuiría a enriquecer la polémica, muy sana y conveniente en términos del propio Presidente: Varios diarios de circulación nacional publican hoy que la violencia y el narcotráfico han propiciado que mucha gente abandone sus hogares, lo que ha dado por resultado la creación de 680 municipios fantasma, a lo largo y ancho del territorio nacional, lo que desmiente, con datos nada menos que del INEGI, la aseveración presidencial de que Texcaltitlán es la excepción y no la regla.

La Mañanera de hoy se distingue porque es la primera vez, que se recuerde, que el mandatario pone a debatir a una de sus reporteras consentidas, la de Contralínea, Nancy Flores, con una de sus muy pocas reporteras respingonas, la propia Reyna, quien no tuvo empacho en decirle a AMLO en su cara que él desmiente reportajes cuando son críticos, al mismo tiempo que avala los de sus incondicionales, retándolo a que revelara la metodología seguida por él para avalar los reportajes de la presunta corrupción en el INAI y desechar los que se refieren a la supuesta corrupción de su hijo Andy.

El Presidente se vio en aprietos al confirmar lo que decía Reyna, pues decretó a Nancy Flores como la mejor reportera del país, confirmando así la sentencia de que a sus allegados los defiende y a los críticos los destruye. ¿A ver, por qué no permite que Loret de Mola venga a exponer aquí las pruebas de que su hijo es un corrupto?, le preguntaba Reyna, a lo que el Presidente respondía: “que venga, no hay ningún problema”.

Pero el caso es que sí hay un problema. Es muy difícil que Loret, López Dóriga, Aristegui e incluso Julio Astillero u otros periodistas críticos, pongan un pie en esa conferencia de prensa -donde predominan reporteros del corte de Lord Molécula– por la simple y sencilla razón de que el Presidente no los baja de corruptos y ladrones, chayoteros y voceros de la derecha.

¿Quién, en su sano juicio, se atrevería a asistir a una fiesta donde se les da el trato de indeseables y se les ha bañado con toda clase de insultos desde la más alta investidura del país?