martes, diciembre 3

La nueva tanda del Gabinete deja ver la tensión con AMLO, pero el manejo inteligente de Claudia

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La inclusión de Raquel Buenrostro fue una sorpresa, destaca Raymundo Riva Palacio en su columna de El Financiero

La segunda serie de nombramientos para el gabinete de Claudia Sheinbaum revela la tensión latente con Palacio Nacional respecto a la composición de un equipo transexenal., comenta el destacado columnista Raymundo Riva Palacio (Estrictamente Personal. El Financiero). Aunque este anuncio no generará controversia pública, dada la experiencia y el reconocimiento de los nombrados, en el trasfondo se percibe un complejo juego de ajedrez político entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum, quien navega hábilmente entre las imposiciones de su mentor.

La inclusión de Raquel Buenrostro en este nuevo bloque fue una sorpresa destacada, afirma nuestra fuente. Buenrostro, una leal al Presidente, había trabajado estrechamente con él desde su tiempo como oficial mayor en la Secretaría de Hacienda y luego en el SAT, donde implementó una política fiscal estricta, y más tarde en la Secretaría de Economía para gestionar las tensiones comerciales con Estados Unidos. Su nuevo rol será en la Secretaría de la Función Pública, un cargo que se esperaba para Javier Corral, quien prefirió una posición en el Senado, y para el cual Sheinbaum había considerado a Estela Damián, una aliada cercana que quedó fuera en favor de Buenrostro por concesiones al Presidente.

López Obrador deseaba a Buenrostro en la dirección de Pemex, para continuar con la línea ideológica establecida por Octavio Romero Oropeza, contraria a la visión de Sheinbaum de orientar a Pemex hacia energías limpias, considera Riva Palacio, uno de los columnistas más críticos del actual gobierno. La designación para Pemex aún es incierta, con varios nombres en juego, incluyendo al subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio, quien posee un perfil financiero adecuado, pero no es cercano a Sheinbaum, y Gerardo Esquivel, un economista de confianza de Sheinbaum, pero no del agrado del Presidente, dice la columna referida. Otro nombre barajado es Lázaro Cárdenas, aunque carece de las habilidades técnicas y financieras necesarias para el puesto, su renombre no basta para las expectativas de Sheinbaum.

En el ámbito energético, la Secretaría de Energía será dirigida por Luz Elena González, ex secretaria de Finanzas de la Ciudad de México y persona de total confianza de Sheinbaum. González jugó un papel crucial en las negociaciones con el actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, para que permaneciera en su cargo en la nueva administración, aunque aún no se ha decidido quién liderará el SAT y Pemex, posiciones críticas en la administración entrante.

Un nombramiento notable es el de David Kershenovich como secretario de Salud. Reconocido hepatólogo a nivel nacional e internacional, su avanzada edad y falta de experiencia en políticas públicas son factores a considerar para su desempeño en un cargo que requiere movilidad y respuesta rápida en situaciones de emergencia. Sheinbaum también nombró a Jesús Esteva, actual secretario de Obras de la Ciudad de México, como secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, con la misión de reconciliarse con los constructores y reducir gradualmente el papel de la Secretaría de la Defensa en las construcciones, recuperando el protagonismo de la secretaría en el desarrollo del país.

A pesar de las concesiones a López Obrador, Sheinbaum ha logrado conformar un equipo de calidad, marcando su autonomía de cara a su mandato que inicia el 1 de octubre.

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