Resalta la ironía de un tren turístico sin turistas, con paradas alejadas de los sitios arqueológicos de interés

La cadena alemana “n-tv” suscitó una crítica contundente sobre el impacto ambiental del Tren Maya, calificado como un “horror ambiental”. El reportaje no sólo denuncia la devastación ecológica, sino que también expone la contradicción entre la narrativa oficial y la realidad en el terreno.

El documental comienza destacando que el Tren Maya, promovido como una obra emblemática del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido un impacto catastrófico en la selva mexicana, afectando gravemente la fauna, flora y recursos hídricos. La televisora alemana, controlada por RTL, recalca que, a pesar de las evidencias de contaminación por diésel y cemento, y la tala de 10 millones de árboles, el gobierno mexicano sigue adelante con el proyecto, ignorando las advertencias de ambientalistas y decretando la obra como de “interés para la seguridad nacional”, lo que blinda al proyecto de cualquier impugnación legal.

El reportaje incluye testimonios y visuales inquietantes, como los pilotes que atraviesan cenotes y la muerte de especies silvestres debido al ruido y la deforestación. También resalta la ironía de un tren turístico sin turistas, con paradas alejadas de los sitios arqueológicos de interés, lo que cuestiona la viabilidad del proyecto como atractivo turístico.

Además, se señala que a pesar de la orden de suspensión de un tribunal regional, las obras continúan en secreto, sugiriendo una falta de transparencia y respeto a las leyes medioambientales.

La crítica alemana se suma a una creciente condena internacional, con más de 20 medios denunciando los efectos destructivos del Tren Maya. Mientras tanto, la postura del presidente mexicano sigue siendo la de defender el proyecto como un símbolo de prestigio, priorizando su finalización antes del término de su mandato.

En resumen, el reportaje de “n-tv” es un llamado de atención sobre los costos ocultos del Tren Maya, presentándolo como un proyecto que, lejos de ser un avance, representa un retroceso significativo en la conservación ambiental de México.