Avalan la canallada de los senadores contra la Presidenta y contra el pueblo de México

Por Jesús López Segura

La bancada de Morena en la Cámara de Diputados ha vuelto a demostrar que cuando se trata de hacer malabares con los principios, no hay mejor contorsionista que el partido en el poder. La reforma contra la reelección y el nepotismo electoral, impulsada por Claudia Sheinbaum con la intención de aplicarse en 2027, terminó aprobada con una “ligera” modificación: su entrada en vigor será hasta 2030. ¿El motivo? Un conveniente pacto con el PVEM, el partido que siempre está listo para negociar su lealtad al mejor postor.

Aunque algunos morenistas intentaron rescatar la fecha original propuesta por su presidenta, no lograron el consenso dentro de su propia bancada. El resultado fue una votación unánime de 477 votos a favor, sin oposición, porque cuando se trata de retrasar cambios que afectan intereses, todos se ponen de acuerdo.

Con este aplazamiento, Morena y sus aliados garantizan que su red de caciques, dinastías políticas y herencias de poder siga funcionando unos años más, inspirados en el conformismo presidencial, expuesto en la narrativa de que, cuando menos, ya va a estar sancionado en la Constitución.

Morena consigue con el PVEM posponer la entrada en vigor de la reforma contra el nepotismo y no reelección

Mientras tanto, algunos legisladores hicieron malabares retóricos para salvar la cara. Gabriela Jiménez, vicecoordinadora de la bancada, celebró que su partido modifique sus estatutos para impedir que los suyos se postulen en 2027, aunque la reforma lo permita. Un acto de “voluntad política”, dicen. Pero si de verdad estaban comprometidos con la democracia, ¿por qué no dejaron la entrada en vigor en 2027?

Es que así se construyen las mayorías legislativas, evoca la presidenta a su antecesor, en términos de que es lo menos peorcito entre lo indeseable, o algo así, o para ponerlo en términos del gran filósofo John Lennon: “la vida es lo que te sucede mientras estás haciendo otros planes”.

Desde la oposición, Ivonne Ortega de Movimiento Ciudadano intentó evidenciar la farsa, argumentando que el nepotismo debía erradicarse de inmediato y sin plazos hechos a la medida de los intereses políticos. Pero su postura quedó como un mero gesto simbólico ante un pacto ya sellado.

Ahora, con la reforma aprobada, falta el trámite en al menos 17 congresos estatales para elevarla a rango constitucional. Pero si algo ha quedado claro es que Morena no está dispuesto a cortar el árbol del nepotismo de raíz. Prefieren podarlo para la foto.