domingo, noviembre 9

Trump acusa a Sheinbaum de agacharse ante los cárteles

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“Les tiene tanto miedo a los cárteles que ni siquiera puede caminar… o pensar con claridad”

Por Jesús López Segura

Desde su trono dorado en West Palm Beach, Donald Trump volvió a hacer lo que mejor sabe: hablar sin filtros y con más testosterona que diplomacia. Esta vez, el blanco de sus dardos fue Claudia Sheinbaum, a quien acusó de rechazar la ayuda militar de Estados Unidos contra los cárteles por simple y llano miedo.

Sí, miedo. Según Trump, la Presidenta de México no se atrevió a permitir la entrada de tropas estadounidenses a su país porque “les tiene tanto miedo a los cárteles que ni siquiera puede pensar con claridad”. Eso sí, el magnate no perdió el estilo florido: “Creo que es una mujer encantadora… pero no puede ni caminar de miedo”.

Todo esto ocurrió tras una llamada telefónica entre ambos mandatarios en la que Trump, sin rodeos, propuso enviar soldados norteamericanos al otro lado del río Bravo para frenar lo que él llama “la plaga del fentanilo” y combatir a los cárteles que, según su retórica, están “destruyendo” a Estados Unidos.

Sheinbaum confirmó la conversación, pero se negó tajantemente a permitir tropas extranjeras en suelo mexicano. Considera que eso “sería ir demasiado lejos”, lo que en lenguaje diplomático significa: “gracias, pero no, y bájale dos rayitas”.

Como respuesta, Trump hizo lo que cualquier político en campaña haría: incendiar el discurso. Ya había declarado a varios cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas extranjeras”, medida que le permite usar recursos adicionales (y justificar futuras incursiones si se le antoja). Mientras tanto, el Mando Norte de EE.UU. ya refuerza la frontera, incrementa vuelos de vigilancia y afila su maquinaria militar con la esperanza de entrar al sur algún día, aunque sea “por invitación”.

La tensión entre ambos gobiernos huele a pólvora diplomática. Aunque al principio de su segundo mandato parecía haber algo de cooperación en temas migratorios y comerciales, el tono bravucón de Trump y la frialdad calculada de Sheinbaum ya empiezan a chocar como dos trenes en vías paralelas.

Porque una cosa es frenar migrantes en la frontera, y otra muy distinta es abrirle la puerta al ejército estadounidense para que “haga el honor” —como dice Trump— de combatir el narco a su manera.

Cuestionada al respecto en la Mañanera del Pueblo de este patriótico 5 de mayo, la mandataria se negó a comentar, porque no quiere litigar en los medios con su homólogo norteamericano, sino mantener el diálogo formal respetuoso, como lo ha hecho hasta ahora, con resultados positivos, dijo.

Y mientras tanto, los cárteles aplauden desde la sombra, encantados de que sus enemigos estén demasiado ocupados contradiciéndose, como para hacer algo efectivo.

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