Bernardo Barranco, el director, usó las instalaciones de la emisora oficial para condenar a opositores

El nuevo director de TV Mexiquense, el conocido sociólogo especializado en religión, Bernardo Barranco, quien desde su plataforma de críticas sistemáticas al IEEM (donde fue consejero) y muy particularmente contra la actual consejera presidenta, Amalia Pulido, logró seducir a la gobernadora Delfina Gómez para encargarle la televisora estatal, ya empezó a mostrar el cobre, es decir, a bregar en contra de la oposición desde una plataforma oficial, financiada con recursos públicos, muy al estilo de lo que hace don Andrés Manuel López Obrador.

Conforme a la amenaza vertida por Jenaro Villamil, el stripper de la muerte, cuando se quitó el sweater para exhibir la calavera con la ridícula leyenda de que “un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador“, enderezada contra los medios estatales bajo su control, don Bernardo fue invitado al canal de Julio Astillero a disertar sobre la ruda respuesta del Episcopado mexicano que condena la calavérica propaganda morenista.

Nadie niega el derecho de Barranco de participar en mesas de análisis sobre temas en los que se le considera “experto”, ni siquiera cuando a pesar de esa apreciación se desbarranque al identificar una simple calavera cruzando la boca con el dedo para inducir silencio, con “la santa muerte”, y así poder disertar largamente sobre los orígenes de ese culto, que no religión.

El problema es que lo haga con el logo de Televisión Mexiquense a sus espaldas, lo que denota que es en su carácter de director del medio, es decir, de funcionario público, que emite sus comentarios contra la oposición, y no como un intelectual independiente.

El problema es usar recursos públicos (las instalaciones de la emisora) para conectarse al canal de Hernández López y proferir sus opiniones abiertamente condenatorias de lo que denomina “la oposición”, ligándola con la Iglesia Católica que, según él, impulsa a los opositores cuando condenan que el partido oficial use ese tipo de mensajes con una evidente amenaza de muerte a quienes se atrevan a criticar al Presidente. ¿No cree usted?