¿Y si las reformas terminan perjudicando a Claudia Sheinbaum? ¿Eso es lo de menos?

“Ayúdennos este mes de septiembre… para poder sacar adelante la Reforma al Poder Judicial y otras reformas que queremos que se lleve el presidente como un gran regalo, como una gran despedida, como un gran homenaje”.

Tal fue el argumento de Mario Delgado ante los próximos diputados del PT, en una narrativa que abona al culto a la personalidad del mandatario saliente y una tremenda falta de respeto para la Presidenta entrante.

Si Delgado no estuviera perfilado para ser el próximo secretario de Educación Pública, no sería tan preocupante esa actitud, porque sabemos de lo que es capaz como dirigente partidista. El argumento es, pues, homenajear al saliente, sin importar las gravísimas consecuencias que tales reformas, y muy destacadamente la judicial, podrían acarrear a la Presidenta entrante, que por cierto lo hará secretario de Educación.

Como cereza de su extraño pastel de adulación sin límite, Delgado Carillo calificó como descarados a los opositores “de derecha” que se oponen a la sobrerrepresentación de Morena y aliados, avalada por el INE.