sábado, abril 20

Atiza Maurilio Hernández su cruzada personal contra la UAEMex. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Amenaza con acusar al rector ante la FGR por desacato, mientras Victorino Barrios aclara que el rector lo ha tratado muy bien

El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso mexiquense, Maurilio Hernández González, advirtió que si el rector Alfredo Barrera Baca “insiste en no permitir que Victorino Barrios Dávalos inicie funciones como el nuevo contralor [impuesto por el Congreso], lo denunciará ante la Fiscalía General de la República por desacato”, plantea textualmente la nota respectiva del diario nacional La Jornada.

Y para que no queden dudas de la inquietante beligerancia de este verdugo de la autonomía universitaria “dijo además que la rebeldía del rector es inentendible y despierta sospechas de que algo se quiere ocultar en la UAEMex, la cual estuvo inmiscuida en la llamada estafa maestra”, reza la nota de referencia.

Ése es el nivel silvestre de insidia que en cualquiera otra universidad del mundo habría generado un movimiento estudiantil y magisterial para exigir respeto a su autonomía.

A manera de amenaza, “el diputado reveló también que, el lunes, el nuevo contralor de la UAEMex se reunió con el director de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Santiago Nieto, para acordar mecanismos de colaboración e investigar a fondo a la UAEMex“.

Si la universidad estatal está en la mira del implacable Santiago Nieto por los presuntos desvíos millonarios de la “Estafa Maestra“, ¡enhorabuena! Que se busque a los responsables sin importar que ahora estén ubicados en importantes puestos (como por ejemplo en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, si tal fuera el hipotético caso), pero que no se vulnere de forma tan hostil la autonomía universitaria. Que no se tome como pretexto la traición de algunos miembros deshonrosos de una noble institución, para denigrarla y socavarla en sus sustentos esenciales.

Hay que felicitar al rector y protegerlo de este embate de un hombre pequeño, pero muy empoderado por la gracia del obradorismo, ocupando una curul que le queda tan grande como grande ha sido la decepción de quienes votamos por Morena para establecer un contrapeso no a la universidad, sino a un Ejecutivo frente al que Maurilio se muestra tan colaboracionista y -¿por qué no decirlo?- servil.

En una larga entrevista con AD Noticias, don Victorino Barrios -un hombre moderado, inteligente y muy experimentado en las difíciles artes de lidiar institucionalmente con las fallas del sistema-, se manifiesta tranquilo, sin esa animosidad histérica que exhibe Maurilio, y confiesa que el trato con el rector ha sido muy bueno: “A mí me ha tratado muy bien. La verdad es que no puedo quejarme de eso”.

Las objeciones del rector tienen un fundamento esencial. En el primer amparo, se buscaba mantener intacta la autonomía de la institución educativa oficial de más alto nivel en la entidad. Ello constituye un deber sagrado de cualquier universitario que vea con claridad que no se pueden dejar las decisiones cruciales -como la administración de los recursos destinados a la excelencia académica- en manos de políticos de ocasión. No es el caso de don Victorino, pero más adelante podríamos tener a un pequeño diazordacito obstruyendo las labores sustantivas de una institución que debe ser gobernada en todos los ámbitos exclusivamente por universitarios.

La Tremenda Corte falló en contra de ese primer amparo por la desgracia que representó para las universidades del país su nefasta utilización para desviar recursos federales conocida como la”Estafa Maestra“. Bien.

Pero una vez perpetrado ese atraco a la autonomía, lo menos que puede exigir un consejo universitario que se precie, es que toda la normatividad que regirá el comportamiento del contralor impuesto, desde fuera, quede perfectamente delimitada, con riguroso detalle, como pide el rector en el segundo amparo.

Dice don Victorino en la entrevista de referencia que “algo tienen que esconder”. Y quizá tenga razón. Pero con la misma ironía la universidad le podría responder: No quiere que le delimiten formas de operar, lo que eventualmente lo puede convertir en una autoridad suprema, por encima del rector y del Consejo Universitario.

Y quizá ésa es la pretensión no de don Victorino, insisto, pero sí de Maurilio.

CON INFORMACIÓN DE:

La Jornada.- https://www.jornada.com.mx/2020/09/23/estados/030n1est

AD Noticias.- https://adnoticias.mx/2020/09/22/a-mi-el-rector-me-ha-tratado-muy-bien-pero-entiendo-tiene-presiones-barrios/

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