viernes, julio 26

“Pandora Papers”, ¿radiografía de las élites internacionales corruptas? Por Jesús López S.

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En México no podían faltar, entre otros (unos 3 mil) los amigos de Enrique Peña y algunos cercanos a Amlo

LA VERSIÓN NO OFICIAL

Poco menos de 12 millones de documentos -que pesan casi 3 terabytes-, fueron entregados a un equipo de más de 600 periodistas de 150 medios agrupados en el “Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación” (ICIJ), quienes dedicaron dos años a examinar esos documentos “meticulosamente” -explica la revista Proceso, uno de los medios implicados-, para poder revelar los secretos financieros de las sociedades offshore.

La mayor cantidad de estos documentos proviene de “Trident”, que aparece con 3 millones 375 mil 331 documentos; el despacho de abogados panameño Alcogal, con 2 millones 185 mil 783, y Asiaciti con un millón 800 mil 650, entre otros 11 proveedores de servicios offshore en el mundo.

La investigación destaca que, por medio de compañías registradas en sitios de muy relajada vigilancia fiscal, como Islas Vírgenes, miles de millonarios ocultaron partes sustanciales de sus fortunas, adquirieron bienes inmuebles y movieron por todo el planeta una cantidad fabulosa de dinero; posiblemente, cientos de miles de millones de dólares, en muchos casos sin someter esos recursos a los controles fiscales, patrimoniales y administrativos de sus países de origen o residencia.

El Presidente López Obrador fue abordado sobre el tema esta mañana y se limita a decir que “se tiene que investigar”, pero comenta extensamente que le llama la atención que de los 3 mil y pico de funcionarios y empresarios mencionados en la prensa, solo destacan a 4: Julio Scherer; al secretario de Comunicaciones, ingeniero Jorge Arganis Díaz Leal; al senador morenista Armando Guadiana Tijerina; y la esposa del Lic. Bartlett, o sea, personas allegadas a la 4té.

“Asimismo, hijos y familiares de políticos del PRI, PAN y Verde, como Arturo Montiel, Jesús Murillo Karam, Francisco Labastida, Marcelo de los Santos, Alfredo del Mazo Maza, Jesús Sesma y Juan Ignacio García Zalvidea. Además, el secretario de Gobierno de Coahuila, el jefe de la oficina del gobernador Cuauhtémoc Blanco, el hermano de un ex gobernador de Yucatán y el ex mandatario priísta de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez“, cita Julio Hernández López en su columna Astillero.

Es importante aclarar que las empresas offshore (o compañías extraterritoriales) son legales, aunque por lo regular son usadas por personajes adinerados que por alguna razón quieren ocultar el monto de sus fortunas, en muchos casos malhabidas.

Se trata de compañías abiertas en países donde los interesados no viven ni realizan actividades económicas, generalmente ubicadas en paraísos fiscales. Este tipo de empresas son usadas por criminales para evadir impuestos en sus países de origen y/o para lavar dinero y ocultar grandes fortunas amasadas como producto de la corrupción amparada por el poder público en diversas naciones, especialmente de América Latina, donde los controles son mucho más laxos que en los países civilizados.

Los Pandora Papers podrían estar revelándonos los nombres de las élites financieras que saquean a los gobiernos del planeta para el enriquecimiento ilegal de los miles de miembros de esas élites corruptas que ahora es posible conocer por nombre y apellido.

La consecuencia lógica de una revelación de esta magnitud (con los antecedentes de otros escándalos como el de Panamá Papers) sería que los gobiernos se abocaran de inmediato a investigar y castigar a quienes hayan usado este mecanismo para ocultar sus actividades criminales, sobre todo en países como México, donde la lucha contra la corrupción se fija como la mayor prioridad de su gobierno.

A este respecto, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo, declaró -de bote pronto- que ya se investiga el caso, pero dudamos mucho que su contraparte de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero -tan ocupado como anda persiguiendo científicos y a los parientes de su ex cuñada- tenga la misma intención.

El capitalismo salvaje, neocapitalismo o capitalismo financiero -como la verdadera “fase superior del capitalismo”-, ha derivado en la hiperconcentración de la riqueza en cada vez menos manos, provocando la depauperación masiva de miles de millones de seres humanos en el planeta.

A ese proceso algunos lo llaman “neoliberalismo”, con base en el supuesto de la relajación “liberal” de las normas bancarias que dieron como resultado la crisis de las viviendas en el 2008, con el contubernio de Departamentos del Tesoro de las potencias, organismos financieros internacionales, calificadoras internacionales, secretarías de Hacienda y bancos de países centrales y periféricos, así como de facultades de Economía de las principales universidades del mundo, como revela con mucha claridad el documental Inside Job.

El Neoliberalismo, así, es una doctrina económica profesada por políticos generalmente “conservadores” pero no necesariamente corruptos.

Identificar conceptualmente los términos “neoliberal” y “conservador” (que son posturas políticas legítimas) con “corrupción“, constituye una estrategia política que inclina la percepción de la gente ignorante contra los conservadores y neoliberales al identificarlos automáticamente como corruptos.

Pero lo más grave de esta desafortunada confusión de términos y conceptos es que se inhibe la lucha contra la corrupción, porque puede ser interpretada como una cacería de brujas políticamente sesgada, en el sentido de que se judicializa a ciertos políticos no por corruptos, sino por ser opositores -“lo mío no es la venganza”-, cuando la corrupción debe ser combatida independientemente del partido en el que militen los criminales, y con mayor razón si pertenecen al régimen que los juzga, porque ésa es la promesa que se hace en la toma de posesión; “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan”. ¿No cree usted?

PD: Antonio Gramsci acuñó el concepto sociológico clave de “bloque histórico” para explicar que, en cada momento y lugar, las relaciones dialécticas entre estructura económica y superestructura ideológica constituyen un bloque indisoluble básicamente distinto del que puede ser hallado en otro momento y lugar.

Ello significa que las “formaciones sociales” específicas, combinan diversos aparatos ideológicos de Estado y alcanzan la “hegemonía” de la clase dominante en ese lugar y tiempo únicos, es decir, en esa mezcla de modos de producción según la evolución de las fuerzas productivas.

Es obvio que para alguien no versado en la terminología neomarxista (básicamente de Gramsci y Althusser) el párrafo anterior puede ser confuso. Por eso trataré de resumir en unas cuantas líneas lo que ocurrió esta mañana con la caída de varias redes sociales luego de darse a conocer los Pandora Papers.

El “bloque histórico” del capitalismo salvaje, dada la evolución vertiginosa de las “fuerzas productivas” en materia de telecomunicaciones (Internet) se basa en la estructura económica postcapitalista de lo que se puede identificar como especulación financiera a escala planetaria.

Al reunirse multitud de medios tradicionales de comunicación (“Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación”, ICIJ, por su sigla en Inglés) para desenmascarar los mecanismos de la élite internacional que conduce el saqueo de las economías del mundo en pos de la hiperconcentración de la riqueza en unas cuantas manos, el resultado inmediato es que las redes sociales que controlan ese mecanismo tendiente a lograr la “hegemonía” mundial de esas élites, son inhibidas para evitar el desastre, es decir, el desmoronamiento instantáneo de esa “hegemonía” superestructural.

El bloque histórico actual ya no es un lugar específico, en el sentido de Gramsci se trata nada menos que de la aldea global, en este momento específico de un capitalismo salvaje que ha puesto el planeta al borde de su destrucción, solo por la avaricia y ambición de unos cuantos mega ricos corruptos e insaciables.

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