martes, octubre 15

Defiende el Presidente López Obrador a sus “paleros” de La Mañanera

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Brinda su “solidaridad” a Hans Salazar quien, servilmente, intentó callar a una colega la semana pasada

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

“Aprovecho para trasmitir mi solidaridad a Hans Salazar y a otros periodistas que son tratados como ‘paleros‘ por los conservadores. No debe preocuparles eso para nada”, dijo el Presidente López Obrador esta mañana, con referencia al mote de “palero” que le puso atinadamente la valiente periodista Reyna Haydee Ramírez, la semana pasada, cuando el tal Hans intentó callarla “para que dejara hablar al señor Presidente”.

El titular del Ejecutivo afirmó que “los corruptos que siempre han estado sometidos al poder” son los que ahora critican a los youtubers simpatizantes de su movimiento, llamándoles ‘paleros‘. Lo más insólito es que, ya encarrerado, el mandatario cometió el exceso de comparar al violento en razón de género Salazar, con Zarco y otros grandes periodistas que en el pasado asumieron como suyas las causas de grandes héroes como Juárez y Madero.

Ante la defensa que hizo de Reyna Haydee la reportera de Proceso, Dalila Escobar, esta mañana, por enésima ocasión el mandatario mexicano defendió su postura epistemológica en materia periodística, según la cual los comunicadores que no adopten una actitud favorable a su gobierno son, invariablemente, conservadores, chayoteros y malos periodistas, porque la transformación así lo exige ética y profesionalmente. Según esa lógica maniquea, los que defendían a los gobernantes del neoliberalismo eran “malos periodistas“.

Así, de acuerdo con la máxima presidencial sobre el periodismo, hay que descalificar a comunicadores que defienden a un tipo determinado de gobernante, pero beatificar a los que concuerdan con él, bajo el axioma político megalomaníaco de que los demás eran malos gobernantes (excepto los héroes con los que a diario se compara) pero él es bueno y, por lo tanto, “buenos” son también los que se humillan a diario siguiendo instrucciones de su pastor, Jesús Ramírez, para formular preguntas a modo, como fue el caso de Vicente Serrano cuando dio pie a la comparecencia de Pablo Gómez a fin de mandarle la advertencia a Enrique Peña de que el pacto de impunidad no incluía que anduviera metiendo las manos, desde Madrid, en la sucesión mexiquense.

Dicho esto sin ningún sarcasmo, Serrano se unió al porrito Hans en un coro lamentable de machitos montoneros contra Reyna Haydee, como si Hans fuera una pobre víctima de la valiente reportera que se atrevió a decirle al mandatario, de frente, con todo respeto: “Presidente, usted aquí ha denostado, ha estigmatizado periodistas. Casi todos los días se dedica a eso… y a usted solo le gustan las alabanzas”.

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