Pepe Couttolenc concluye su farsa y se pliega a las órdenes centrales: El Verde irá con Morena

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) difunde en forma discreta, solo a través de algunos medios, la noticia bomba de que, finalmente -y luego de meses de anomalías evidentes calificables como actos espectacularmente anticipados de campaña-, se ordenó a la revista mercenaria que los encubre, retirar del escenario público -en un plazo de 36 horas- la multitud de costosos espectaculares con la imagen fresca y juvenil de Alejandra del Moral, “promocionando” una entrevista ¡inexistente!

Veremos si esta ostensiblemente tardía medida de la autoridad electoral mexiquense -porque el daño ya está hecho- es acatada por una clase política ensoberbecida y acostumbrada a pasarse por el arco del triunfo cualquier limitante legal o moral que estorbe a sus aplanadoras acciones para conservar el poder político, por las que alcanzan ya casi cien años de hegemonía absoluta en esta entidad.

Y veremos también si Horacio Duarte, el experto en temas electorales que paralelamente se ha adueñado por completo de la precampaña de Delfina Gómez, supera el trauma de haber él mismo recurrido a esa estrategia sucia de enmascarar actos ilegales de campaña -aunque en su caso la entrevista sí tuvo lugar, lo que constituye una atenuante- se decide a exigir que sea contabilizado el gasto de Ale del Moral dentro de su presupuesto oficial de campaña u opta, como hasta ahora, por hacerse de la vista gorda para no ser salpicado del lodazal.

Otra noticia relativamente intrascendente, pero mencionable, es que luego de andar con bravatas fanfarronas un largo tramo -con espectaculares ilegales también incluidos- sobre una supuesta intención de navegar solo en la trascendente elección mexiquense, el líder de la franquicia Verde en la entidad, José Couttolenc, fue obligado a tocar piso y rendirse ante Morena, partido que haciendo gala de un pragmatismo irreflexivo, es capaz de empiernarse con cualquiera con tal de alcanzar objetivos electoreros que desvirtúan por completo sus lemas discursivos que presumen un presunto purismo ideológico, nutrido de “principios innegociables”.

Morena tiene muy poco que ganar y sí mucho que perder asociándose con el mercenarismo político por excelencia.