Cambiará el IEEM moderador(a) para el segundo debate. No habrá invitados especiales
El formato que daba cierta libertad al conductor(a) también será regresado al triste papel de moderador del cronómetro
Por Jesús López Segura
El Comité de Debates del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), reunido ayer para cumplir su compromiso de “superar los errores cometidos” en el primer ejercicio (la parcialidad y excesivo protagonismo de la conductora Ana Paula Ordorica, el cacerolismo y bullying de los invitados especiales, entre otros) concluyó que habrá cambio de formato y de moderadora para el segundo debate entre las candidatas a la gubernatura del Estado de México del próximo 18 de mayo. Además, no habría público invitado.
Bien por los consejeros del IEEM que demuestran capacidad de rectificar, rara cualidad de los funcionarios públicos en esta era de necedad compulsiva.
“Durante la reunión de este miércoles, que se prolongó por varias horas, Morena y el Partido del Trabajo se quejaron de la moderadora del primer debate y del perfil de Pamela Cerdeira, quien sería la segunda moderadora, pues advirtieron que ha hecho comentarios que no garantizan piso parejo”, destaca la nota respectiva de Violeta Huerta en El Sol de Toluca.
Otras notas periodísticas filtran que se mencionaron los nombres de Azucena Uresti (la mejor conductora actual de la televisión mexicana, aunque ciertamente con inclinaciones muy marcadas -inducidas por sus jefes- hacia la nota roja en desprestigio del obradorismo) y la simpática y agradable Elisa Alanís, pero fueron vetadas por el representante de Morena.
Por ahí también alguien -seguramente interesado- filtró que buscarán un conductor(a) local.
Si se tratara de elegir a un local, en mi humilde opinión el conductor de noticiarios de TV Mexiquense, Carlos González, reúne perfectamente el perfil, pues tiene oficio, sabe guardarse bien sus opiniones, y ha sido capaz de sobrevivir a personajes tan nefastos como Raúl Vargas Herrera y Carlos Aguilar durante la etapa negra del eruvielismo en la emisora, y a los y las verdugos(as) de la Comunicación Social del delmacismo, lo que constituye una proeza que podría coronarse con la distinción de moderar el cronómetro durante un debate que más que histórico, podría resultar histérico.
Ojalá que las autoridades electorales no caigan en la trampa de poner a un mercachifle del mercenarismo mediático, de esos que se dan en maceta en el ambiente controlado del periodismo mexiquense. De esos que se las dan de independientes y críticos solo cuando esas características van con la moda sexenal. Ya veremos.