Así lo indican la presidenta del Congreso y el asesor jurídico de Delfina Gómez

Por Jesús López Segura

La presidenta de la Mesa Directiva de la Legislatura local, Azucena Cisneros Coss, consideró que aprobar la despenalización del aborto en el Estado de México es una obligación que no tiene que ver con posiciones ideológicas ni religiosas, sobre todo tras la resolución emitida por la Suprema Corte de Justicia que ordena no criminalizarlo, según reporta Luis Lazcano, en El Sol de Toluca.

Y tiene razón la diputada morenista, pues la Corte logró rebasar a Morena por la izquierda al resolver, el pasado 6 de septiembre, que es inconstitucional criminalizar el aborto, lo que implica que ninguna mujer en el país puede ser encarcelada por tomar esa dolorosa decisión, en el marco de la soberanía absoluta sobre su propio cuerpo, decisión que le ha sido escatimada e incluso secuestrada por toda clase de organizaciones de extrema derecha que dicen defender la vida mientras condenan a miles de mujeres a morir de fiebre puerperal por abortos clandestinos insalubres.

A su vez, el consejero jurídico del gobierno estatal afirmó que el Ejecutivo mexiquense respalda tanto las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como las iniciativas de despenalización del aborto, por lo que habrá un acercamiento en este sentido con el Poder Legislativo, como lo reporta Gerardo García en La Jornada Edomex.

Ahora, el problema radica en que los morenistas mexiquenses rebasen a la Corte y se decidan a instrumentar las reglas que permitan a las mujeres de la entidad no solo recobrar su soberanía corporal, sino encontrar en el precario sistema de Salud las condiciones suficientes que respalden el desenlace feliz de su determinación de abortar.

Es un gran avance en la lucha de las mujeres mexicanas que ya no se les agregue a la pena de abortar, la de ser criminalizadas y perseguidas, pero la plena civilidad de la medida -curiosamente aprobada por un Poder Judicial acusado de “conservador” por el Presidente López, quien ha sido mucho menos empático con las mujeres de lo que podría esperarse por su presunta orientación de izquierda-, no se alcanzará hasta que se obligue a todos los hospitales -públicos y privados- a brindar en forma gratuita o al mínimo costo de recuperación, el respaldo sanitario que garantice el bienestar de las mujeres que tomen una decisión que, históricamente, ha sido causa de cientos de miles de feminicidios, justificados al amparo de prejuicios decimonónicos, o de abierta crueldad inquisitorial.