AMLO: Me preocupó el falso atentado contra Anabel Hernández, ¡porque luego culpan a mi Gobierno!

Por Jesús López Segura

A medida que se acerca la elección de 2024 en México, la violencia política-electoral alcanza cifras alarmantes. Conforme al recuento realizado por algunas organizaciones, al menos 17 aspirantes a cargos de elección popular han sido asesinados en el país, evidenciando un clima de inseguridad que preocupa a la sociedad y a los actores políticos, con excepción quizá del propio Presidente mexicano, quien insiste en afirmar, en su prolija retórica matutina, “que priva un ambiente de felicidad en el territorio nacional, con índices promisorios de disminución de la inseguridad pública”.

Los casos más recientes ocurrieron en Maravatío, Michoacán, donde dos aspirantes, Miguel Ángel Reyes, de Morena, y Armando Pérez, del PAN, perdieron la vida el pasado lunes. Estos hechos reflejan, más allá del optimismo presidencial, un incontestable incremento de la violencia que rodea al proceso electoral, donde la delincuencia parece estar ratificando su cada vez más abrumador protagonismo.

Data Cívica, una organización no gubernamental, reveló que se han registrado 56 agresiones político-electorales en lo que va de 2024, mostrando un panorama de riesgo para los participantes en la contienda electoral.

Estos sucesos se suman a una serie de crímenes y ataques que han marcado el inicio de las elecciones en México. La situación es alarmante, especialmente considerando que la campaña oficial aún no ha comenzado, lo que sugiere un desafío mayor para garantizar la seguridad y la integridad de los candidatos y la ciudadanía en general.

AMLO admite que se preocupó por falso atentado contra la periodista Anabel Hernández

López Obrador admitió que se preocupó por un falso atentado contra la periodista Anabel Hernández, difundido en redes, pero no tanto por ella, sino porque de ocurrirle algo, culparían a su Gobierno por los hechos:

“Ayer que vi lo de esa señora, me preocupó, imagínense, ¡le pasa algo pero de inmediato nos culpan a nosotros! y para culparnos podrían hacer una cosa así, porque hay gente sin escrúpulos morales de ninguna índole, de malas entrañas, entonces tenemos que cuidar a todos, periodistas, que esté bien protegido Loret, que esté bien protegido Ciro, Carmen Aristegui“, reconoció.

El país enfrenta uno de los momentos políticos más críticos en materia de seguridad, pero el líder de la transformación que ha dado origen a esa tragedia, parece no estar consciente de la evidente presencia de la violencia y el crimen organizado en la esfera política.

Las muy desacreditadas autoridades y los órganos electorales enfrentan el desafío de asegurar unas elecciones libres y seguras en medio de un contexto de creciente violencia y vulnerabilidad, lo que se antoja como una tarea imposible dada la circunstancia, inédita y sorprendente, de que quien podría encabezar las acciones pertinentes para civilizar el proceso, es precisamente quien ha propiciado, con su absurda política de “abrazos y no balazos a la delincuencia“, esta gravísima situación.

En el peor de los escenarios posibles, el actual “Jefe del Ejecutivo” pero también del Legislativo y en plena campaña para dominar al Judicial, se dice a diario muy contento y satisfecho, porque asegura estar cosechando lo que ha sembrado al “atacar las causas de la violencia” y haberse mantenido firme en su increíble convicción de que “la violencia no se puede combatir con más violencia”, porque “la paz es el fruto de la justicia” y una serie de fórmulas retóricas de corte mesiánico frente a las que la realidad se muestra mucho más que reacia a obedecer.

Las cifras son contundentes y preocupantes, y generan un llamado urgente a la acción por parte de las autoridades competentes para garantizar un proceso electoral transparente y pacífico, donde la voluntad popular pueda expresarse sin temor a represalias o intimidaciones. La sociedad civil y los organismos internacionales también juegan un papel crucial en la vigilancia y la denuncia de estos crímenes que atentan contra la democracia y la estabilidad del país.

Pero quizá lo peor de todo esto es que, frente a la apabullante campaña del Presidente López, arremetiendo a diario contra los que llama sus adversarios políticos, realizada con el derroche de cuantiosos recursos públicos en lo que constituye un financiamiento ilegal ¡y un delito grave! perpetrado ante los ojos del mundo entero desde su tribuna conocida como “La Mañanera“, las autoridades electorales mexicanas guardan cobarde silencio, y le dejan hacer a su entero antojo, sometidas como están a los caprichos de este dictadorzuelo disfrazado de “luchador social“, con todo respeto.