viernes, marzo 21

“Extraño que México no celebre la captura del Mayo”: Ken Salazar. AL GRANO. Por Jesús López Segura

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Gertz reclamó al gobierno de Biden que no aclaren los detalles del secuestro del narcotraficante

El Gobierno mexicano no ha tenido la sutileza de ocultar su disgusto por la captura digamos que “irregular” del Mayo Zambada por parte del gobierno norteamericano. El expresidente López Obrador, primero, y ahora el fiscal Gertz, actúan como si les preocupara mucho que las facciones en disputa del cártel de Sinaloa pudieran llegar a pensar que el gobierno mexicano tuviera algo que ver en el espectacular secuestro y extradición “no oficial” del líder de una de las organizaciones criminales más poderosas y sanguinarias del mundo.

Con todos sus reclamos al gobierno de Biden por no dar explicaciones y aclarar los detalles del traslado del capo –presuntamente contra su voluntad–, al otro lado de la frontera, donde fue aprehendido por las autoridades norteamericanas, dejan la inquietante impresión de que pudiera existir una especie de acuerdo de impunidad con ese grupo criminal, o con una de sus facciones en particular.

Los Chapitos

Los Chapitos

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, manifestó su extrañeza por el hecho de que ambas naciones no estén celebrando “la victoria” que representó la captura y arresto de Ismael “El Mayo” Zambada y de Joaquín Guzmán López, hijo del otro fundador del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”. Se trata de un evento que cualquier gobierno interesado en acabar con la delincuencia debería celebrar, lo mismo que cualquier persona de bien, independientemente de vigilar que el proceso se mantenga lo más estrictamente posible dentro de los márgenes de la ley.

Pero abogar abierta y compulsivamente por el derecho de los criminales por encima de sus innumerables víctimas, como hace el editorial del oficialista diario La Jornada, constituye una prueba fehaciente de que la política de “abrazos y no balazos” a la delincuencia, aunada a las acusaciones de presunto financiamiento de narcos a las campañas de López Obrador, no son acontecimientos aislados, sino líneas de comportamiento que empatan lamentablemente con su indignación por la captura del capo sin duda más peligroso de México.

AMLO y su política de abrazos, no balazos

AMLO y su política de abrazos, no balazos

Dice La Jornada en su editorial “Ken Salazar: ¿celebrar delitos?”:

“Para Washington, tanto la ejecución extrajudicial como el secuestro de ciudadanos extranjeros y su traslado a prisiones clandestinas son prácticas regulares de su gobierno, pero México no comparte esa deplorable tradición de violaciones trasnacionales de los derechos humanos y, por lo tanto, no puede celebrar un crimen, sin importar el perfil de la víctima. Así se trate de un presunto narcotraficante, su sustracción del país sin una orden judicial constituye un delito contra esa persona y una afrenta a la soberanía nacional. Lo único que extraña en este caso es que un funcionario que ejerce de embajador desconozca o desprecie estos principios elementales de legalidad”.

¿Y no se violan los principios más elementales de legalidad con las toneladas de fentanilo que esos narcos introducen en territorio norteamericano, para literalmente asesinar a unas 100 mil personas anualmente? ¿Debería Biden imitar al gobierno mexicano, es decir, cruzarse de brazos ante ese genocidio?

Fentanilo

Narcos introducen toneladas de fentanilo a EE. UU.

¡Para los editorialistas de La Jornada importa más que se cruce la frontera con un criminal sin la orden de aprehensión en mano, que millones de indocumentados crucen esa misma frontera de manera igualmente ilegal!

¡Les preocupan mucho los derechos humanos del Mayo nada menos que a quienes están por destruir el Poder Judicial en México!

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