Fue separado de la Fiscalía por estar sujeto a investigación. También asesinaron a un empresario

El asesinato de Elohim “N”, exfiscal regional de Cuautitlán, y del empresario Cristian “N” en un restaurante de Metepec ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de las figuras públicas vinculadas al sistema de justicia en México. Si bien la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) confirmó que Elohim había dejado su cargo y no tenía vínculo laboral con la institución al momento de su muerte, los hechos resaltan preocupantes patrones de violencia y posible impunidad.

Un pasado cargado de incertidumbre

Elohim “N” fue removido como fiscal regional de Cuautitlán tras ser sujeto a una investigación, aunque la Fiscalía no precisó las irregularidades que se le imputaban. Posteriormente, fue adscrito a un puesto administrativo sin funciones, del cual renunció apenas el 9 de enero. Este movimiento entre posiciones parece ser un patrón en las instituciones de justicia: una estrategia para evitar confrontar públicamente acusaciones sensibles.

La trayectoria de Elohim en diversas entidades de seguridad, desde Michoacán hasta SEIDO, refleja una carrera de alto perfil que lo expuso a contextos de alto riesgo. Sin embargo, también abre cuestionamientos sobre la capacidad de las autoridades para proteger a sus propios miembros cuando enfrentan amenazas o posibles represalias.

Un ataque meticuloso y premeditado

El asesinato se llevó a cabo en el restaurante “El Portalito” de Metepec, donde un comando llegó a bordo de motocicletas, irrumpió y disparó contra las víctimas antes de huir. El nivel de coordinación sugiere una operación planeada, posiblemente ligada a los antecedentes laborales del exfiscal.

Un escolta que acompañaba a Elohim sobrevivió al ataque al encontrarse en el baño durante los disparos. Aunque ha sido detenido, su papel aún no ha sido aclarado por las autoridades, lo que agrega una capa de incertidumbre al caso.

Asesinan al exfiscal de Cuautitlán Elohim Díaz Jiménez en el centro de Metepec

Violencia que rebasa lo personal

Más allá de los detalles del ataque, este crimen refleja una preocupante realidad: los actores del sistema de justicia se encuentran en una posición frágil, tanto dentro como fuera de sus funciones. La violencia dirigida hacia funcionarios públicos o exservidores, especialmente aquellos involucrados en la investigación de delitos de alto impacto, socava la confianza en las instituciones y refuerza una percepción de inseguridad estructural.

Cuestionamientos al sistema

El caso resalta la falta de transparencia en las investigaciones internas de las fiscalías estatales, así como los vacíos en la protección de exfuncionarios que, pese a haber dejado su cargo, pueden seguir siendo blanco de amenazas. Mientras las autoridades investigan, el asesinato de Elohim “N” se suma a una larga lista de crímenes que exigen respuestas claras y contundentes para evitar que la violencia continúe cobrando víctimas dentro del aparato de justicia.

La tensión entre las promesas de justicia y los episodios de violencia que sacuden al sistema no solo alarma, sino que deja una huella imborrable sobre los retos pendientes en la lucha contra la corrupción, la impunidad y la inseguridad institucional.