Armenta, el nuevo “Gober Precioso”, se lanza contra periodista con la saña de un abusador

Artículo 19 exige disculpa pública tras insultos e infundios contra Rodolfo Ruiz
Alejandro Armenta Mier, actual gobernador de Puebla y orgulloso heredero de Mario Marín, dejó claro en conferencia de prensa que no necesita enemigos cuando tiene un micrófono abierto. En un arranque digno del “Gober Precioso”, Armenta arremetió contra el periodista Rodolfo Ruiz, director de e-Consulta, con insultos dignos del talk show de Lord Molécula, a quien por cierto admira profundamente al grado de haberle otorgado un reconocimeinto desde el Senado de la Reública.
Armenta Mier usa el poder del estado para perseguir periodistas y estigmatizarlos. No sólo llamó “canalla y cobarde” a Rodolfo Ruiz, sino que además lo acusó, sin pruebas, de encabezar una red de ciberdelincuentes. Porque en su lógica, ejercer el periodismo crítico equivale a crimen organizado.
Artículo 19 no tardó en ponerle el alto y exigirle que se disculpe por usar la tribuna pública como garrote contra la prensa. No es casualidad: Puebla está entre los cinco estados más peligrosos para ejercer el periodismo. Pero eso no parece importarle a Armenta, quien además pidió a la Fiscalía del Estado que abra una investigación contra Ruiz por “violencia de género y difamación”, basándose en una publicación que… ni siquiera era suya.
La pifia del gobernador quedó en evidencia cuando el propio periodista le aclaró que él no había escrito el tuit que le atribuían. Y como buen autócrata en formación, Armenta redobló la apuesta y lo acusó de manejar bots y páginas falsas. Todo sin una sola prueba, más que los rumores que le susurra su vocero en plena rueda de prensa.
Armenta sigue aferrado a su sección de “Detector de Mentiras” en las conferencias, como si fuera conductor de Ventaneando y no gobernador de un estado. Lo que realmente detecta es quién se atreve a cuestionar su gestión para después lanzarle el aparato estatal como castigo. Es la fórmula típica del obradorismo: poder, paranoia y linchamiento mediático. Pero el disfraz ya no engaña a nadie.
En otros dominios del obradorismo, como el Estado de México, se usan técnicas más discretas: encajonan a los periodistas críticos en “listas negras” para estrangularlos económicamente, conforme a la fórmula que les enseñaron a muchos delfinistas, no a todos afortunadamente, sus aliados Eruviel “El Chapitas” Ávila y Alfredo del Mazo Tercero.