viernes, julio 26

LE TOMÓ AÑOS A AURELIO NUÑO APRENDER UN “DISCURSO EDUCATIVO DE VANGUARDIA” / LA VERSIÓN NO OFICIAL: POR JESÚS LÓPEZ SEGURA

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Del autoritarismo y persecución magisterial, a la “pedagogía de la liberación”

https://youtu.be/pDAqC5-wSI0

 

Simulador, apropiándose de un discurso vanguardista en materia educativa que no trae en los genes, que medio aprendió durante estos años de persecución contra los maestros, a los que corrió por millares engendrando un movimiento magisterial que paralizó ciudades y pueblos a lo largo y ancho del país, Aurelio Nuño relanza su precandidatura presidencial con el odioso recurso de usar “el nuevo modelo educativo” como arma para chantajear a los votantes del 2018, a los que prácticamente amenaza: si llega alguien a la Presidencia que sea incapaz de luchar para mantener este modelo, si no se le da “continuidad” sexenal (es decir, si no se mantiene el PRI en la Presidencia -y de preferencia con él como candidato-) entonces el modelo se derrumbará…

Lo primero que le habrían tenido que enseñar a Enrique Peña y a Nuño sus improvisados asesores en materia educativa, es que no es con discursos -por mucho que estén plasmados en libelos rimbombantes- como se puede transformar la realidad educativa. No es pasando de un extremo al otro, en un mismo sexenio, como se ganará el aprecio y el concurso de los maestros para comprometerse realmente con un cambio educativo verdadero. Nuño -aprendiz como Videgaray- evolucionó en unos cuantos años de culpar al magisterio por los malos resultados en las pruebas internacionales, donde nuestros alumnos fracasaban estrepitosamente, al repetir conceptos avanzados en materia pedagógica pero con un nivel de comprensión de su parte francamente reprobable.

En su inaudito oportunismo se le hace fácil al secretario llenarse la boca con la reyesheroliana bravata fanfarrona de la “revolución educativa“, pero sin siquiera imaginar la trascendencia de semejante concepto.

 

Nuño es un zorro disfrazado ahora de unicornio.

No se puede criticar un modelo educativo memorístico y enciclopédico -como el vigente en México desde sus orígenes-, repitiendo como perico conceptos memorizados por un secretario ignorante, ambicioso y autoritario. Lo primero que hizo Emilio Chuayffet cuando asumió el cargo del que fue desplazado con la grilla barata de Nuño, fue realizar un censo en las escuelas, para determinar cuántas hay, en qué condiciones trabajan y cuántos elementos están dados de alta en la nómina magisterial sin trabajar en el aula.

Desde hace décadas se sabe que al PRI de la dictadura perfecta se le hizo fácil incrustar en la nómina magisterial a un ejército de operadores políticos del fraude, a la vieja usanza, es decir, con las operaciones tamal, ratón loco, urnas embarazadas y demás perversidades (ahora -desde Calderón- el fraude se instrumenta de manera cibernética). Cuando Elba Esther Gordillo, que comandaba esas huestes de porros con plaza magisterial, las puso al servicio de Fox y Calderón, y luego de sí misma con su partido Nueva Alianza, Chuayffet le declaró la guerra por traicionera. Por eso Peña la metió a la cárcel y ahora la tortura negándole pasar sus últimos días en una de sus mal habidas mansiones.

De haber continuado en el puesto, seguro que don Emilio, un político congruente y audaz, habría limpiado la nómina en vez de declarar la guerra a los verdaderos maestros, como hizo su torpe y oportunista sucesor.

En el ocaso de un sexenio fallido y repudiado como el de Peña, Aurelio Nuño anuncia que, ahora sí, va a depurar la nómina de mapaches electorales disfrazados de maestros, al tiempo que revoluciona su discurso pretendiendo que eso es suficiente para “revolucionar” la desastrosa realidad educativa nacional. Otros, como don Jesús Reyes Heroles, también lo hicieron, pero con la mira puesta en el beneficio de los protagonistas fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, de maestros y alumnos, no como la forma mezquina de presentarse como precandidato presidencial típica de Aurelio Nuño, sin lugar a dudas -y por mucho- el peor secretario de Educación en la historia del país.

A ningún secretario de Salud con el más elemental sentido común, por ejemplo, de ninguna parte del mundo, se le habría ocurrido culpar de los pésimos servicios por falta de insumos e infraestructura a los médicos y enfermeras, declarándoles la guerra, imponiéndoles exámenes para despedirlos con el argumento falaz de que tal persecución y linchamiento médico masivo, constituyera la parte esencial de una Reforma en materia de Salud “de hondo calado”.

Nuño aplicó exámenes de “conocimientos” a miles de maestros a los que despidió porque no tenían bien memorizados, es decir, almacenados en su cerebro, esos datos, asequibles por lo demás, en cualquier computadora. Ése es el típico proceder autoritario dentro de un modelo educativo memorístico y enciclopédico con el que crecimos muchas generaciones de mexicanos y que ahora Nuño, con fatal incongruencia, pretende dinamitar para imponer, de la noche a la mañana, otro “modelo” basado en la idea fuerza de “enseñar a aprender”.

¿Cuántos de los maestros reprobados y cesados por Nuño, que fracasaron en un examen diseñado específicamente dentro del viejo modelo, habrían obtenido una calificación de excelencia bajo este nuevo paradigma pedagógico que no fuerza a los alumnos a memorizar datos, sino que los provee de las herramientas necesarias para que los obtengan por sí mismos?

¿Cuántos meses más le llevará a Nuño desarrollar la capacidad para responder a esta simple pregunta?

 

CON INFORMACIÓN DE:

El aprendizaje estará por encima de la memorización
La Jornada.- http://www.jornada.unam.mx/2017/03/14/politica/004n1pol

Peña: mantener la educación sin cambio, inmoral
La Jornada.- http://www.jornada.unam.mx/2017/03/14/politica/003n1pol

 

https://www.youtube.com/watch?v=JESTDs5m_lk&feature=youtu.be

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