jueves, marzo 28

La verdadera Caja de Pandora. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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De los Golden Boys de Montiel al Jurassic Park de Peña y Alito ¿versus Del Mazo?

No sé si por una proclividad natural al servilismo informativo, o por encargo, se ha pretendido en cierta prensa mercenaria purificar el nombramiento de Carlos Iriarte Mercado y la ratificación de Ricardo Aguilar Castillo como operadores políticos del CEN del PRI, es decir, de Alito o Amlito, según termine por definirse respecto de la Reforma Eléctrica: si por melón, o por sandía. Si por Cárdenas y López Mateos, o Peña y sus secuaces.

Tomar de Wikipedia la biografía de Iriarte y pretender que su carrera política comenzó como secretario particular de Arturo Montiel, ignorando su experiencia previa con Abraham Talavera, es parte de la labor de limpieza de expedientes que llevan a cabo los cancerberos de la Caja de Pandora, la verdadera -no la que ha puesto de moda el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación-, desapareciendo de Internet, incluso, toda la información comprometedora sobre la muerte de Talavera.

La verdadera Caja de Pandora es la que encubre el asesinato de una sirvienta a manos de niños hermanos con la escopeta del papá; el asesinato de Luis Donaldo Colosio; la desaparición del autor de la columna Fax Urgente de El Sol de México, que comentaba la impotencia sexual grave de un Presidente en funciones, trastorno que “lo obnubilaba al extremo de tener que tomar dosis masivas de Prozac“; la participación activa o pasiva, pero participación al fin del Ejército en la muerte de los 43 de Ayotzinapa y de los veintitantos de Tlatlaya, hecho este último encubierto por el gobernador que felicitaba a los soldados, por televisión, debido a “su heroísmo” en las ejecuciones sumarias; y, desde luego, el tema que nos ocupa, el asesinato de Abraham Talavera (y la sospechosa muerte por “infarto” de Rubén Mendoza Ayala en un departamento de Playa del Carmen), entre muchos otros crímenes que no pueden salir a la luz pública sin que se desmorone el sistema de corrupción que impera en el país, hasta nuestros días, contra lo que afirma el Presidente López Obrador.

El hecho de que Alejandro Moreno imponga a Iriarte y a Aguilar como operadores políticos en el CEN del PRI, en el contexto de la próxima sucesión en el Estado de México, “el laboratorio de la presidencial”, habla de una serie de posibilidades que nada tienen que ver con que estos ex muchachitos de Rubén Mendoza, ex Golden Boys de Arturo Montiel, ex Golden Men de Peña Nieto y ahora miembros del parque jurásico de Alito, sean ellos mismos “precandidatos a la gubernatura mexiquense”.

Una de esas posibilidades es que Montiel y Peña Nieto están operando por su cuenta, es decir, al margen de las decisiones ¿fuertes? del gobernador Del Mazo, para imponer un sucesor (¿Ernesto Nemer?) que prolongue el presunto pacto de impunidad que hasta ahora ha imperado -en los hechos, muy lejos de las palabras- para dejarlos disfrutar en santa paz su aparente retiro.

Otra es que Montiel opere por su cuenta y tenga un gallo alterno al del gobernador, en acuerdo tácito o explícito con el líder nacional del PRI, lo que significaría una ruptura con el ex presidente Peña y su primo Del Mazo, obligado entonces éste último, ahora sí, a tomar sus cacareadas “decisiones fuertes”, en acuerdo con el ex presidente.

Otra es que cada uno de estos protagonistas esté interpretando de manera distinta el escenario que les anticipa con prístina claridad el Presidente López Obrador de imponer a su Delfina, y cada uno jala entonces para donde Dios -y su poder más o menos acotado-, les da a entender.

Lo que sí es un hecho claro es que los analistas de prensa debemos andar con pies de plomo porque la amenaza ronda a cualquiera que se atreva a sugerir siquiera la existencia de esa caja de pandora, mientras que la cárcel podría rondar también a aquéllos que pretendan, con sus plumas viles, o sus posiciones de poder, encubrir a asesinos, dependiendo del desenlace final que alcance la cuarta transformación. ¿No cree usted?

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