Delfina Gómez debería impulsar la unidad del morenismo mexiquense
Se perfilan Martha Guerrero y Azucena Cisneros para la dirigencia de Morena en el Edomex
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Ignoro los detalles sobre la forma en que se eligió a Delfina Gómez para la contienda gubernamental de 2017, cuando fue derrotada, haiga sido como haiga sido, por Alfredo del Mazo Tercero.
Lo que sí tengo muy claro es la forma en que se ha impuesto a doña Delfina para la contienda electoral del año próximo por la entidad más poblada y el último bastión importante del priismo en el país. Se impuso por dedazo presidencial disfrazado de encuesta.
Ahora bien. No tengo nada contra doña Delfina, pero advierto que por sus propias limitaciones y por haber sido impuesta por capricho presidencial, está desatando el canibalismo político típico de la izquierda en la entidad mexiquense, a unas horas de que se defina qué mujer podría encabezar la dirigencia del morenismo local.
Delfina Gómez no parece ver con claridad que es tiempo de restañar heridas y emprender una operación cicatriz con todas las tribus del estado, pero muy especialmente con la que la impulsó de origen hasta los niveles en los que está, y que curiosamente es la mayoritaria absoluta tanto en número de consejeros como en el control de la estructura del morenismo mexiquense.
Resulta insólito que cualquier oportunista que ha sido incapaz de resolver los más graves problemas del populoso municipio que gobierna, le pretenda dar lecciones al Dr. Higinio Martínez, con sus décadas de encabezar la lucha de izquierda en nuestra entidad.
A escasas horas de que se defina qué mujer va a dirigir al morenismo local, la indiferencia ante los puentes que Maurilio Hernández ha tratado de extenderle a la maestra, a nombre y representación del senador Martínez, alienta las traiciones y las puñaladas por la espalda de grupos oportunistas, muy lejos de la unidad que la propia Delfina estaría obligada a impulsar en torno al grupo que la arropó en el campo de la política.
¿Quién se beneficia con esta división absurda que la propia maestra tolera contra sus antiguos aliados, mentores, y padrinos políticos?
¿Se siente muy segura del apoyo presidencial irrestricto a pesar del divisionismo que está generando con su soberbia o descuido?
La voz del Presidente no tendrá el mismo peso arrollador que desplegó en la elección pasada. El desgaste luego de 4 años y medio de altibajos en rubros extremadamente delicados como el de la Seguridad, difícilmente permitirán recrear, en el 23, la ola arrasadora del obradorismo que estuvo a punto de vencer a Peña y las marrullerías del PRI en el 17.
A doña Delfina le urge conciliar con todos los grupos de la geografía tribal mexiquense, pero muy especialmente con sus aliados de origen -que siguen siendo los más organizados y con la mayor estructura partidista en la entidad-, si es que quiere iniciar su precampaña con el pie derecho.
Y una forma de emprender ese camino propio de la buena política, será respaldando a Martha Guerrero o a Azucena Cisneros, al margen de la grilla de grupos minoritarios que dañan, para beneficio de la oposición, la unidad del partido. ¿No cree usted?