Ricardo Monreal, ambicioso y perverso. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
¿Por qué AMLO quiere extender la militarización de la Seguridad Pública hasta 4 años después de su sexenio?
La oferta de Adán Augusto finalmente funcionó. Pronto veremos a Ricardo Monreal desplegando sus habilidades y monerías en el show de las corcholatas presidenciales, ya sin el estigma del desprecio de don Andrés.
El líder senatorial antes maldecido, hizo su tarea. Cumplió con la encomienda de convencer a algunos personajes abyectos, como Eruviel, El Chapitas Ávila, de sumarse al golpe militar blando que pasó de panzazo ayer en el Senado de la República. ¿Cómo no iba a respaldar la militarización si El Señor Ávila se la pasó, como gobernador, felicitando a los soldados, hasta por televisión, luego de la matanza de Tlatlaya?
La polarización que vive el país alcanzó, en esa sesión histórica, su temperatura máxima. En una esquina, los convencidos, como el propio López Obrador, de que la participación del Ejército en tareas de seguridad pública es imprescindible, es más, empecinados en que debe garantizarse constitucionalmente a perpetuidad.
En la otra esquina, quienes usan los argumentos de la izquierda tradicional para detractar esa inexplicable inclinación de AMLO por el verde olivo (que tanto le criticaba al Borolas) y por los abrazos a los delincuentes, que lo define en una suerte de mesianismo político bien intencionado, pero desastroso en sus resultados.
En medio de esos dos bandos enfrentados a muerte, por la honestidad plena de sus mutuas convicciones radicales, fieles a sus principios y a sus lealtades, el absolutamente maligno Ricardo Monreal, quien cambia sus ideales como de calcetines según se requiera para la consecución de sus ambiciones personalísimas.
Monreal es perfectamente consciente de la importancia del Senado como contrapeso del presidencialismo salvaje. Ha dado lecciones verbales irrefutables sobre el tema. Sabe que la seguridad en manos de los militares no ha funcionado ¡ni funcionará! Lo ha dicho con todas sus letras. Podría hablar durante horas sobre la inconstitucionalidad patente, escandalosamente obvia, de la pretensión obradorista de militarizar la Seguridad Pública del país.
No traicionó Monreal sus principios -que dijo muchas veces no estaban a la venta- por lealtad al Presidente, como muchos de sus correligionarios, sino por interés propio.
Por eso digo que es un desvergonzado, lo que lo convierte en el candidato idóneo para la sucesión presidencial, porque en este país de mediocres ignorantes (ahora entran los fanáticos a calificarme de “clasista”) nunca triunfan los que luchan con pasión por la verdad, siempre terminamos olvidados o muertos. Siempre ganan los tartufos que saben cómo acomodarse entre las mentiras de cada uno de los dos extremos que dominan la burocracia política a la mexicana.
Solo recomiendo a los obradoristas una reflexión ¿Por qué AMLO quiere extender el peligroso protagonismo de los soldados y marinos hasta 2028, cuando su sexenio termina 4 años antes?
¿Cómo sabe que el próximo gobierno no será como el de Borolas, o “el licenciado Peña“, o Gustavo Díaz Ordaz, que ordenaban a la obediente chusma castrense perpetrar toda clase de atrocidades?
¿Piensa cambiar, también, de opinión, en el tema de reelegirse con el apoyo militar?
