martes, octubre 15

La Quinta Transformación. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Propone Porfirio Muñoz Ledo a Marcelo y Monreal (M&M) formar la corriente democrática al interior de Morena

La vulgarización en la que han venido cayendo los autoproclamados “héroes nacionales” de la 4té, va dejando al descubierto a una nueva clase política resentida, acomplejada, ignorante y tan o más ambiciosa y aspiracionista que los más conspicuos saqueadores del neoliberalismo salvaje.

Hay que ver al Noroñas diciendo que “el compañero Presidente resultó peor que el INE para percatarse de que algo anda muy mal en un movimiento que se autoglorifica como el paladín de los pobres, mientras sus más visibles representantes pasan de la adoración lacayuna, a la descalificación del antes intocable líder, tan pronto como ven amenazados sus intereses personalísimos.Fernandez Norona critica a AMLO porque no lo considera "corcholata"

¿Qué le hizo la 4té a la otrora gloria del deporte nacional, Ana Gabriela Guevara, que la impulsa a despreciar en forma tan vil (¡que vendan sus calzones para financiarse!) a deportistas de la talla de las nadadoras que fueron a Egipto, sin el apoyo de la burocracia deportiva que ella mal encabeza, no a grillar ni a medrar en la corte morenista, sino a ganar medallas de oro?

¡Cómo puede ser tan torpe Jesús Ramírez, como para auspiciar que en plena Mañanera, en las narices del Presidente López Obrador, el general secretario Luis Cresencio Sandoval confiese que tiene un ejército de aviadores en la nómina de la Sedena, que no son militares pero cobran un salario para dedicarse al deporte de alto rendimiento, cuando es la CONADE la que debería cumplir esa tarea?Luis Cresencio Sandoval, de la Sedena

¿Es tal el empoderamiento militar en este gobierno que hasta el deporte caerá pronto en la esfera de sus amplísimas competencias? La pregunta es a todas luces válida, por mucho que le haga gracia al mandatario.

¿Cómo es posible que, en su afán de agradar al Presidente, el líder del Senado mexicano, Alejandro Armenta, se degrade lloriqueando como “víctima de amenazas” de la Presidenta de la Corte, Norma Piña, solo porque alguien le envió al senador unos mensajitos tan inocuos como: “¿Usted puede ver a los ojos a sus hijos o hijas después de lo que dice?… La vida nos juzgará. Buenas noches. Dios lo bendiga”, a lo que el senador responde, con aires de mártir de la democracia: “Si me está amenazando lo asumo con seriedad, ministra”.Alejandro Armenta mienta que Norma Piña lo amenazó

Estamos ante un triste espectáculo de envilecimiento vertiginoso, implacable de la política, auspiciado por la creencia sincera por parte de quienes perpetran ese lamentable retroceso, de que sus imperdonables descuidos están justificados, en la medida en que lo hacen “por el bien de los más pobres, por la transformación del país, por el combate a la corrupción, por abatir las causas de la delincuencia” y por muchos otros mitos que solo existen en la imaginación de quien, desde Palacio Nacional, genera a diario un discurso de corte típicamente goebbeliano para perpetuar un claro proyecto gatopardista de dominación política transexenal, apoyado por los militares.

Ya veremos con el tiempo si estoy exagerando. Por lo pronto, el gran Porfirio Muñoz Ledo, un hombre visionario que ha resistido a lo largo de muchas décadas las tentaciones del poder, ésas que rompen la cordura -ya lo estamos viendo- del más pintado, propone lo que su fructífera experiencia y la lógica más elemental imponen: que Marcelo y Monreal formen la corriente crítica o democrática al interior de Morena, para hacer frente -sin necesidad de caer en las esferas de influencia de los saqueadores neoliberales que pretenden monopolizar “la oposición”-, a las locuras del emperador.

Bien podría convertirse esta iniciativa de don Porfirio en la “Quinta Transformación“, siempre y cuando contemple desmilitarizar al país, cobrarle más impuestos a los ricos para paliar la terrible desigualdad que todavía existe y que incluso se ha incrementado en el obradorismo, se castigue con prisión a los jefes de la mafia del poder, entre otra serie de medidas más allá de la retórica explosiva y polarizante del actual presidente. ¿No cree usted?

Porfirio Muñoz Ledo

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