sábado, septiembre 7

La Jornada, oficialismo vulgar. Por Jesús López Segura

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No critico que se alinee con AMLO en lo de Israel, ¡pero que lo haga sin medias verdades!

En su editorial de hoy, titulado “Embajada israelí: doble equívoco” el ex diario de mis amores, La Jornada, plantea una serie de elegantes argumentaciones, pero fincadas sobre bases falsas, acerca de la reacción severa de la embajada israelí en México a propósito de las declaraciones del Presidente mexicano en su Mañanera, no menos severas porque, efectivamente, al invocar “neutralidad” lo que en realidad hizo fue justificar el terrorismo.

Y digo que sobre bases falsas porque hacen referencia al boletín que la exquisita canciller mexicana, Martha Bárcena, emitió completamente al margen de las vacilaciones deplorables de López Obrador, cuando la embajada se refirió en todo momento a las declaraciones matutinas del Presidente, y no al boletín oficial de Bárcena.

Con esa trampa, el editorial de La Jornada proclama que “la representación de Tel Aviv se equivoca por partida doble: primero, porque realiza afirmaciones falsas, y segundo, porque pretende dictar líneas de política exterior a una nación independiente y celosa de su soberanía”.Sheinbaum y AMLO. Fondo Israel bombardeado

En primer lugar, las afirmaciones de la embajada no son falsas en la medida en que se refieren -como ya mencioné- a las declaraciones del mandatario y no a la posición oficial de la Cancillería que, paradójicamente, discrepan entre sí, como ha venido ocurriendo en esta administración desde los tiempos de Marcelo Ebrard, quien tuvo que apagar muchos fuegos iniciados por las declaraciones matutinas improvisadas del mandatario, como cuando exigió e incluso amenazó a Washington si no regresaban al general Cienfuegos al país, luego de que don Andrés declaró en su conferencia que iba a sacar -como prometió en el caso de García Luna– a todos los relacionados con ese general de la administración pública federal.

Y en segundo lugar, la Embajada israelí no pretendió “dictar líneas de política exterior a una nación independiente y celosa de su soberanía”, sino que reclamó con la lógica firmeza del caso, a un mandatario que consideraba amigo, por manifestarse neutral ante el embate rabioso y genocida de un enemigo sanguinario.Bombardeos en Israel

El problema es que la engorrosa improvisación matutina de AMLO se presta en todo momento a cometer gravísimos errores que pueden ofender a ciudadanos mexicanos y hasta a gobiernos extranjeros, aunque no sea su intención.

La “neutralidad” que se nutre en la maravillosa Doctrina Estrada podría haber sido invocada con absoluto rigor después de ver la reacción -no menos violenta y probablemente también sanguinaria de Israel-, que no es ninguna perita en dulce, invocando la vocación pacifista que se quiera, pero no antes, porque equivale a decirle a un amigo víctima de tortura, que se entienden las motivaciones de su verdugo.

Y el problema de La Jornada podría radicar en que, demasiado entusiasmados por el triunfo de una opción política largamente anhelada, y hay que decirlo, alimentado ese entusiasmo por carretadas de subsidio gubernamental, largamente escatimado, los lleva a cometer excesos al adoptar una postura epistemológica constructivista demasiado desbocada, en la que el objeto de estudio moldea por completo el criterio del sujeto. Oficialismo vulgar, pues.

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