Dice Claudia Sheinbaum que morenistas fundadores no ganan una encuesta, pero Eruviel y Miranda sí

En una especie de sabadazo que muy bien podría obedecer a la columna crítica contra el secretario general de Gobierno del Edomex, Horacio Duarte, por cuenta del columnista de El Universal, Raúl Rodríguez Cortés, Morena decidió destapar anticipadamente a 42 candidatos a presidencias municipales mexiquenses, entre los que se incluye a Michelle Núñez (Valle de Bravo).

El columnista fue desmentido en los hechos, dado que planteó que Michelle había sido rechazada por la gobernadora Delfina Gómez, y que el panorama político en el Estado de México se ve ensombrecido por una serie de acontecimientos que plantean serias dudas sobre la integridad y transparencia del proceso electoral, especialmente en un contexto marcado por la creciente presencia e influencia de la delincuencia organizada.

La reciente exclusión de Michelle Núñez -dice Rodríguez Cortés en la columna referida- en su intento de reelección como presidenta municipal de Valle de Bravo, ha puesto al descubierto las tensiones internas y luchas de poder dentro de Morena. Se rumorea que esta decisión refleja conflictos internos, supuestamente impulsados en gran medida por su pareja sentimental, Horacio Duarte, secretario general del gobierno mexiquense.

Se atribuye a Horacio Duarte la imposición de candidatos, incluyendo a su pareja Michelle Núñez, mediante intimidación a funcionarios y la inyección de recursos en sus campañas, acusa el periodista referido, y agrega que en medio de este ambiente político tenso, han resurgido escándalos de corrupción, especialmente en relación con el estilo de vida ostentoso de la pareja. Michelle Núñez ha sido criticada por su aparente derroche al entregar apoyos a la población vestida con ropa y zapatos de marca costosos, mientras que a Horacio Duarte se le reprocha su actitud de “influencer” y su evidente gusto por el lujo.

Revive Raúl Rodríguez acusaciones contra Duarte cuando era director de aduanas, formuladas en 2022, y concluye que esas investigaciones y el rechazo a la petición de reelección de Michelle Núñez plantean la posibilidad de una ruptura entre Duarte y diversas figuras políticas de Morena y la 4T, incluyendo a la gobernadora Delfina Gómez, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la candidata presidencial Claudia Sheinbaum. El tiempo revelará el verdadero alcance de esta división y sus implicaciones para el futuro político del Estado de México, concluye el generalmente bien informado columnista.

Consultado Ricardo Moreno, el precandidato morenista mejor calificado para la alcaldía de Toluca, una de las plazas en disputa que se definirán entre el 15 y 20 de marzo, sobre esta columna de El Universal, nos respondió textualmente que “la verdad es que muchos quisieran ver sangre. Hay que leer con calma esa columna para ver que solo tiene un objetivo: pegar, desprestigiar ¡y eso solo lo hacen los desesperados!”

De cualquier forma, muchos militantes de Morena en la entidad advierten una especie de agandalle por cuenta de Horacio Duarte, sectario y autoritario respecto de las diversas corrientes internas que, quiérase o no reconocer y a pesar de los estatutos que prohíben las “tribus”, pululan en la grilla local, como si él y solo él representara el espíritu del obradorismo en la entidad a la que se le envió como una especie de “virrey”.

Entre sus críticos figuran algunos de los alineados con Higinio Martínez, senador que aspira a reelegirse y que despreció un cargo de nueva creación que le ofreció la mandataria estatal. El texcocano quedó muy lastimado luego de la imposición, por el método de las encuestas, de Delfina en la gubernatura, a quien consideró siempre su subordinada y ahora se piensa que esperará a la revocación de mandato desde su cómoda curul senatorial, para intentar de nuevo alcanzar su sueño de ser gobernador.

El doctor Martínez, quizá el líder izquierdista más consolidado del Estado de México, ha cometido gravísimos errores, como el de imponer al expanista Juan Rodolfo Sánchez en la alcaldía toluqueña, o dar la bienvenida a personajes simplemente impresentables, como Eruviel Ávila, Alejandro Murat y el hijo del compadrazo de Peña Nieto, Luis Miranda, enemigos públicos de la 4t ahora santificados por el todavía más impresentable Partido Verde.

Junto con Toluca, destacan los casos de otros municipios importantes que pueden avalar esa estimación de Raúl Rodríguez Cortés en el sentido de que la lucha interna en Morena está al rojo vivo en el Edomex, como por ejemplo Ecatepec, donde una destacada aspirante de cepa pura morenista, como Azucena Cisneros Coss, muy cercana la gobernadora, enfrenta dificultades que le siembran el oportunista alcalde saliente Fernando Vilchis y el cacique expriista Eruviel Ávila y por eso se ha pospuesto la designación.

También nos llama la atención el caso del líder de Los Puros, Daniel Serrano Palacios, el mejor prospecto del morenismo congruente para Cuautitlán Izcalli, con todo y haber sido derrotado en la elección anterior, en forma por demás extraña, por el PAN, cuando su capacidad política en el municipio donde reside ha sido probada en muchas ocasiones y en los días pasados con la organización del evento en el que Claudia Sheinbaum, quien conoce a Daniel desde los tiempos de su participación en el movimiento estudiantil de la UNAM, se hizo presente.

Claro que el canibalismo típico de la izquierda puede dar al traste con cualquier prospectiva política basada en principios, habida cuenta de los excesos retóricos de todo el mundo, incluida la propia Claudia, quien para hacer frente al descontento generado entre las bases del morenismo auténtico por la postulación de chapulines de la peor ralea del priismo más corrupto de que se tenga memoria –Eruviel, Murat y Miranda, a los que se podría sumar próximamente por una embajada Alfredito del Mazo Tercero– se aventó la puntada este fin de semana de decir, con todas sus letras:

“Hay compañeros, compañeras de Morena que son fundadores pero que no ganan una encuesta, y hay otros que se acercaron hace 6 años o 3 años y que sí ganan una encuesta.
¿Por qué las encuestas? Porque hay que confiar en lo que dice el pueblo, porque no puede ser que confiemos en el pueblo hasta que la encuesta no nos favorezca”.

Los que comulgamos con los principios de la 4té, aunque nos hayan decepcionado por completo los mecanismos del obradorismo para llevarlos a la práctica, y albergamos la esperanza de que Claudia, astutamente, le estará dando por su lado a don Andrés hasta amarrar los hilos del poder, sentimos un cubetazo de agua helada cada vez que la doctora abre la boca para decir tales barbaridades.

Si las encuestas de Mario Delgado determinan que Eruviel y Luis Miranda son buenos prospectos para acabar con “el principal problema del país” que es la corrupción, doña Claudia, con todo respeto, entonces algo anda muy mal con las encuestas de Mario Delgado. ¿No cree usted?