viernes, mayo 16

Pagada por EU, Televisa insulta a los migrantes. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Sheinbaum ofrece legislar mientras la televisora viola la ley a plena luz del día

Televisa emite anuncios en horario triple A -desde el pasado 3 de abril- en los que la secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kristi Noem, advierte a migrantes potenciales: “Si está considerando venir a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo piense. Déjeme ser clara: si viene a nuestro país y viola nuestras leyes, lo cazaremos. Los criminales no son bienvenidos… Los delincuentes serán deportados y no podrán volver jamás a Estados Unidos”.

Por ese anuncio, la presidenta Claudia Sheinbaum montó en “la mañanera del pueblo” una escenificación digna de una telenovela de Televisa –la misma cadena que transmite los anuncios discriminatorios contra migrantes mexicanos, pagados por el gobierno de Donald Trump–, al anunciar que enviará al Congreso una iniciativa para prohibir este tipo de mensajes desde el extranjero. Sin embargo, lo que omite mencionar con la misma elocuencia es que no necesita modificar ninguna ley –o recuperar párrafos que eliminó el peñismo– para frenar este atropello, ya que el marco jurídico vigente ya prohíbe la difusión de contenidos discriminatorios y violatorios de derechos humanos.

Desde el 3 de abril, el Canal de las Estrellas emite un spot protagonizado por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, donde lanza amenazas directas contra quienes intenten cruzar ilegalmente a su país: “Los cazaremos. No son bienvenidos”. Todo mientras desfilan en pantalla imágenes estereotipadas de migrantes morenos, pobres y, en su mayoría, mexicanos.

Según el investigador de la UNAM Ernesto Villanueva, el anuncio viola abiertamente la Constitución mexicana y tratados internacionales al acusar indistintamente a los migrantes de delincuentes. Además, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, en su artículo 245, prohíbe expresamente contenidos publicitarios discriminatorios, lo que convierte a la transmisión del anuncio en un acto ilegal que el gobierno mexicano podría sancionar hoy mismo, sin necesidad de esperar ninguna reforma.

Pero en lugar de hacer valer la ley existente, Sheinbaum prefiere simular una acción legislativa: se limita a deplorar el contenido del anuncio en su conferencia mañanera, promete que revisará cómo fue que se eliminó un artículo en 2014 durante el sexenio de Peña Nieto, y anuncia una futura iniciativa para restaurarlo. ¿Y mientras tanto? Las televisoras siguen lucrando en grande con propaganda extranjera que criminaliza a los migrantes mexicanos, sin consecuencias.

Rayando en el ridículo, Sheinbaum incluso presumió que el Conapred ya envió una carta “sugerente” a los concesionarios de televisión para que dejen de difundir el mensaje discriminatorio. Pero reconoce, sin asomo alguno de molestia o indignación, que las televisoras simplemente han ignorado esa petición.

Es decir: el gobierno “no censura”, pero tampoco aplica la ley. A cambio, ofrece reformas simbólicas que no resolverán lo que la ley ya prohíbe.

Con esta omisión deliberada, doña Claudia, con todo respeto, no sólo exhibe una falta de voluntad política para defender a sus connacionales de campañas xenófobas ya no digamos que en Estados Unidos, sino en nuestro propio territorio. También perpetúa la sumisión histórica del Estado mexicano frente al poder mediático, incapaz de tocar a Televisa ni con el pétalo de una multa.

Una cosa es que Trump criminalice a los migrantes. Otra muy distinta –y más vergonzosa– es que el Estado mexicano le rente los micrófonos. Y que su presidenta, en lugar de apagar la señal, ensaye discursos desgastados sobre “soberanía nacional” mientras aplaude desde bambalinas.

En su primero y segundo pisos, la 4té ha retratado a los migrantes casi como héroes en un discurso repetitivo que no disimula su interés en los alrededor de 65 mil millones de dólares anuales que esos héroes remiten a sus familias en México, los mismos a los que promete defender en consulados, al tiempo que permite que Televisa los insulte como delincuentes por la módica suma de 200 millones de dólares, que es el costo de la campaña publicitaria antiinmigrante de EE. UU. que se difunde en México, sin licitación, por cierto, según informa El Universal.

La doctora estaba muy orgullosa de que Donald Trump le haya tomado la idea de sus campañas publicitarias contra el consumo de fentanilo. Nunca pensó que esa brillante idea contra el veneno que asesina a unos cien mil norteamericanos al año, la revertiría el mandatario KKK contra los migrantes mexicanos.

 

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