Que renació en Ana Lilia Herrera su indeclinable lealtad priista tan pronto como Dante la rechazó

El senador todavía morenista Ricardo Monreal, amenazó con promover el desafuero de la folclórica mandataria campechana, Layda Sansores, porque sigue molestándolo en su programa Martes del Jaguar, a pesar de los amagos judiciales y la recomendación presidencial para que deje de hacerlo.

El ánimo sigue crispándose cada vez más, conforme avanza el proceso adelantadísimo de la sucesión presidencial y transcurren las confusas estrategias de precampaña encubierta en la antesala mexiquense.

“Claudia, frena tu jauría”, dijo Ricardo Monreal, con una falta de respeto poco habitual en él, porque prácticamente llamó “perra” a doña Layda antes de calificarla de “presunta delincuente” por violar la suspensión judicial que le impedía hablar sobre él en su programa.

Y hablando de militantes fieles, pero rebeldes, parece que la diputada Ana Lilia Herrera Anzaldo volverá al redil, como no era difícil anticipar, una vez que –según algunos comentarios de cierta prensa con inclinación priista nada disimulada–, el dueño de Movimiento Ciudadano le dijo que se llevara sus berrinches a otra parte, porque Juan Zepeda será su abanderado. Según la especie, Ana Lilia y sus huestes revivieron su indeclinable vocación tricolor tan pronto como Dante Delgado les hizo fuchi caca, como diría don Andrés.

Claro que hay que tomar en cuenta que mucha de la prensa concentrada en el Valle de Toluca y anexas -aunque proclame independencia y libertad de expresión con grandilocuencia teatral- suele ser proclive a reorientar sus sesudos comentarios de acuerdo con la velocidad, dirección y sentido de los vientos políticos, entre otras cosas.

Hay que verlos adular a don Alfredo del Mazo como el gran estadista, cada vez que se lanza al ruedo a repartir sus tarjetitas rosas.