martes, octubre 15

Dos diputados locales de Morena pretenden destituir al rector y al Consejo Universitario de la UAEMex: Por Jesús López Segura / LA VERSIÓN NO OFICIAL

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Con en el pretexto de “fortalecer a la universidad”, un grupo minúsculo de universitarios pone en jaque su autonomía

Veneranda Mendoza, de Proceso, recoge la denuncia presentada en redes sociales por el vocero de la UAEMex, Gastón Pedraza, quien acusó al grupo parlamentario de Morena en la Legislatura local de pretender socavar la autonomía de nuestra máxima casa de estudios y destituir al rector, Alfredo Barrera, con una propuesta de reforma de la ley sobre la universidad presentada este jueves por un par de diputados morenistas interesados en favorecer a un grupo reducido de universitarios disidentes.

A través de las redes sociales, Gastón Pedraza Muñoz, director general de Comunicación Universitaria, respondió a la propuesta morenista presentada al pleno la tarde de este jueves: “Es de extrema preocupación que la iniciativa, lejos de todo interés académico, busque destituir al rector y a los representantes del Consejo Universitario en un plazo de 60 días, según dos artículos transitorios de la ley“, refirió.

El vocero de la institución indicó que la iniciativa fue presentada ante el pleno sin el consentimiento de la Universidad e ignora el proyecto institucional de ley que fue resultado de una amplia consulta, de la aprobación de los Consejos de Gobierno de todos los espacios académicos y de la autorización unánime del Consejo Universitario.

Por tanto, demandó a los integrantes de las Comisiones parlamentarias de Gobernación y Educación en el Congreso local suspender el análisis de la propuesta hasta que ingrese a la Cámara el proyecto aprobado por los universitarios.

La nota de Proceso expone la contundencia del legítimo reclamo del vocero:

“De otro modo, estaríamos obligados a emprender todas las acciones jurídicas y políticas para defender nuestra autonomía, pues no podemos aceptar una reforma que socava la vida académica y la forma de gobierno de una Universidad que demuestra la viabilidad de su modelo educativo con sus logros cotidianos y el enorme potencial de sus profesores, alumnos y trabajadores”, alertó Gastón Pedraza.

Los diputados, consideró, desconocen con la iniciativa la legalidad y legitimidad de las máximas autoridades de la Universidad: el Consejo Universitario y el rector; e ignoran el proceso de reforma a la Ley de la UAEMex.

Señaló que la iniciativa ingresada a la Legislatura “fue promovida por dos investigadores que carecen de toda representatividad” en un tema de interés general de los universitarios y que traicionan la autonomía universitaria, pues al foro celebrado el 12 de febrero no fue invitada la institución.

Los argumentos de Morena son francamente patéticos

La respuesta de Morena, recogida por la reportera Veneranda Mendoza en Proceso, pone al descubierto las escandalosas incongruencias de la iniciativa presentada por sus diputados:

La bancada rechazó -por ejemplo- que la iniciativa atente contra la autonomía e ignore a la institución, “pues surgió de una propuesta presentada por un sector de la comunidad universitaria“.

“Un sector de la comunidad universitaria“. Esta cita textual tomada de Proceso bastaría para indignar a las comunidades universitarias ya no sólo del Estado de México, sino de todo el país, porque atentan contra el principio fundamental que da sustento a la universidad, el de la universalidad frente al sectarismo.

¿Cómo se atreven los diputados Faustino de la Cruz y Benigno Martínez (instrumentos legislativos de Jaciel Montoya y Fermín Carreño), a hacer suya una iniciativa para reformar la universidad cuando ésta fue planteada por “un sector de la comunidad universitaria“?

¿Puede haber algo más sectario? ¿Más antiuniversitario?

Las universidades públicas tienen la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas. A partir de ello, por su naturaleza y para cumplir sus fines de educar, investigar y extender la cultura, para decidir la estructura y forma de su gobierno, para determinar la orientación y el contenido de sus planes y programas de estudio e investigación, para fijar las condiciones de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico y para administrar su patrimonio, las universidades deben organizarse en forma autónoma, es decir, sin estar adscritas a ninguno de los Poderes de la Unión y al margen de los partidos políticos.

Como puede observarse, la autonomía universitaria representa la forma extrema y última de organización administrativa del Estado y tiene como marco y único límite el respeto y cumplimiento del propio Artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir que el autogobierno de las universidades constituye el núcleo fundamental de la autonomía universitaria. Ello a partir de un órgano legislativo autonómico que les permite dotarse de una estructura de gobierno para cumplir con los fines de educar, investigar y extender la cultura, bajo los principios de libertad de cátedra, de libre examen y discusión de las ideas.

Morena no atenta contra la autonomía de la Universidad, estamos dando respuesta a una iniciativa que un grupo de universitarios hizo llegar en octubre”, insistió el diputado Faustino de la Cruz, otro de los autores.

“Un grupo de universitarios“.

El legislador recordó -en otro ejemplo de brutalidad legislativa– “que el coordinador de la bancada, Maurilio Hernández, buscó en diversas ocasiones reunirse con el rector Alfredo Barrera y lo invitó a sumarse a los trabajos y foros para conjuntar una propuesta integral… pero no tuvo respuesta”.

¿Y qué respuesta esperaba del rector? ¿Que acudiera prontamente a someter la autonomía de la universidad que rige a los intereses antiuniversitarios de una cuarteta maligna y carroñera de diputados y profesores?

Este otro párrafo de la nota correspondiente de Proceso revela con claridad la forma grosera en que este par de diputados mancillan la autonomía de la universidad con una propuesta que lejos de recoger, como debiera, las inquietudes de todos los sectores de la comunidad -principalmente los académicos y de investigación, por ser lo que dan cuerpo a la más sustantiva de las tareas universitarias-, se restringe a la propuesta de un grupo tan “influyente” en la Cámara de Diputados como para atreverse a propinar un Golpe legislativo a la Universidad.

El también integrante de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología recordó -en otro intento de justificación para la asonada legislativa contra la máxima casa de estudios– que la UAEMex se ha visto inmersa en diversos escándalos financieros, por su presunta intervención en la Estafa Maestra, y ha sido señalada por tener millonarios adeudos en el pago de cuotas de los trabajadores al Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), por lo que debe replantearse “un nuevo rumbo”.

Es la típica reacción del ignorante que se arroga el derecho de atentar contra las instituciones cuando algunos representantes de las mismas se han corrompido. En lugar de perseguir corruptos, con nombres y apellidos, deciden atacar a la institución, porque no tienen el talento y la gallardía institucional de arremeter contra quienes la traicionaron.

¿Por qué la cuarta transformación en el Estado de México atenta contra la autonomía universitaria y no recoge el legítimo anhelo del pueblo mexiquense -por ejemplo- de fincar responsabilidades a los millonarios desvíos de fondos del ex gobernador Eruviel Ávila?

Habitualmente los conflictos universitarios son alentados artificialmente desde intereses obscuros que intentan desviar la atención de otros problemas que los gobernantes corruptos pretenden encubrir.

¿Quién está detrás de este atentado contra la universidad? ¿Quién manipula a esta cuarteta de porros académicos y legislativos?

No estamos hablando de la “Universidad de la Barbacoa” de Eruviel. Hablamos de la máxima casa de estudios del Estado de México y una de las más importantes universidades del país y de América Latina, ¡carajo!

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