viernes, julio 26

Elogia AMLO la grandeza del Estado de México y nos recuerda que aquí habrá elecciones

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Analistas en medios nacionales, una óptica muy elemental sobre la elección mexiquense

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Criticando a los analistas de prensa que se lo comieron vivo por querer militarizar de facto a la Guardia Nacional, el Presidente López Obrador nos recuerda en la Mañanera que en el Estado de México habrá elecciones, aludiendo a un tuit de Claudio X González G retomando a su vez el de Fernando Belaunzarán, que dice algo así como que “Ir separados en el Estado de México sería entregar la plaza”.

Se burla el mandatario por calificar como “plaza” a una de las entidades más importantes del país, donde por cierto, para los que no se han enterado, ahí habrá elecciones“, explica a su fiel auditorio, como recomendando que estén muy atentos a votar por su candidata, a la que en días anteriores bañaba en elogios por su sencillez y honestidad.

Los analistas de prensa a nivel nacional, en términos generales, parecen olvidar un hecho que delinea el escenario sucesorio en el Estado de México (“Estado” en este caso con mayúscula porque forma parte del nombre oficial de la entidad) y es la amenaza nada velada del Presidente -formulada luego de las visitas que algunos miembros de la clase política local realizaron en Madrid al ex presidente Peña, de juzgarlo por delitos como enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, entre otra posibles lindezas.

Tal amenaza latente -como lo reconoce por ejemplo Dulce María Sauri- se realiza como un cálculo político de romper con el “pacto de impunidad” con el licenciado Peña Nieto, como le dice AMLO a Peña, a quien le manifiesta su “consideración y respeto”, pero siempre que se mantenga al margen de la grilla sucesoria.

Como todos sabemos que Peña no se mueve solo sino que funge como intermediario de Carlos Salinas, el mandatario también ha mandado mensajes de reabrir el caso Colosio y hoy mismo se refirió al innombrable y le dio algunos raspones a Carlos Slim, con quien mantiene también un pacto de impunidad por ser señalado como prestanombres de Salinas y por su implicación en el gravísimo caso del ballenazo de la Línea 12 del Metro.

Así que les recomiendo, con mucho respeto, a los analistas de fuera -y a varios de dentro- que tomen eso en consideración y no se la crean cuando el priismo mexiquense diga que no va a entregar la plaza y que Ale del Moral va con todo para mantenerla, porque es falso.

Por cierto que en el ridículo minidebatito que sostienen en el reducidísimo espacio que les ofrece Alejandro Domínguez, de Milenio TV, al inteligente priista Paul Ospital y al obradorista español Abraham Mendieta, éste último se estuvo burlando del primero porque no quería hablar de la sucesión mexiquense. Todos nos imaginamos por qué.

La indiferencia total del mandatario Del Mazo, que algunas plumas zalameras interpretan como su capacidad democrática para dejar libres a los aspirantes Montessori para que se manifiesten a sus anchas, es en realidad un signo inequívoco de que la plaza está, efectivamente, entregada.

Así que ya pueden seguir haciéndole al cuento Ana Lilia, Laura y hasta Ricardo Aguilar (otro con relaciones sentimentales con la candidata oficial), porque tan está rendida la plaza que hasta Enrique Vargas (ajeno a esas negociaciones) se apresuró a lanzarse al ruedo solo.

No cabe duda que el único candidato que podrá despotricar libremente en esta elección, no solo contra los opositores “conservadores tales por cuales” contra los que echa pestes a diario el Presidente, sino contra el propio López Obrador y sus cada día más flagrantes contradicciones, será Juan Zepeda, que de esquirol en la elección anterior pasará sin duda a una postura de muy probable triunfador, de la mano no del fracasado y casi en extinción PRD, sino del partido emergente por excelencia, Movimiento Ciudadano.

La verdadera contienda será entre Delfina y Juan Zepeda, ambos sacando raja de la elección anterior y de la gran ventaja de estar en contra del prianismo hegemónico secular en la entidad. Pero Delfina, con antecedentes muy rudos en su contra, y no me refiero a lo que todo el mundo maneja sobre lo que hizo con los trabajadores de Texcoco, o sus deficiencias tremendas en la SEP, sino al hecho reciente de haberle dado la espalda a sus mentores, ensoberbecida por un apoyo presidencial en franca decadencia.

Zepeda tiene la suficiente habilidad como para apropiarse por entero del voto antisistémico, es decir, contra Alfredo del Mazo, pero también contra López Obrador, poniendo en evidencia las cada vez más frecuentes y graves fallas presidenciales, como la patraña de que asignar la Guardia Nacional a la SEDENA no significa militarizarla.

Ni a Marcelo “CasauBOND”, ni al cada vez más rebelde Ricardo Monreal, les conviene que gane Delfina, porque ello significaría que también en la presidencial se impondrá un dedazo disfrazado de encuesta. Otro factor importante para tomar en consideración. De ahí quizá podría sacar Juanito para su millonario show de espectaculares. ¿No cree usted?

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