Las Guardias Civiles europeas dependen en su mayoría del Ministerio del Interior
Liz Vilchis(mosa) se erige como la peor enemiga de AMLO
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Contra lo que ha venido afirmando el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, al menos media docena de fuerzas y cuerpos de seguridad europeos responden en su organización y funcionamiento al modelo de instituto armado de naturaleza militar, sin embargo, en su mayoría dependen operativamente del Ministerio del Interior –de carácter civil– en sus respectivos países, revela Proceso.
Es el caso de la Guardia Civil española; la Gendarmería Nacional Francesa; la Guardia Nacional Republicana, de Portugal; la Jandarmeria Româna, de Rumania, y la holandesa Koninklijke Marechaussee (Kmar), cuerpos que efectúan funciones de policía, pero cuyos integrantes tienen estatuto militar.
El mandatario mexicano, empecinado en adscribir la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, es decir a militarizarla por completo, contra lo que dicta claramente el texto constitucional, ha estado insistiendo en que las guardias civiles europeas y muchas latinoamericanas dependen de sus respectivas secretarías de la Defensa, es decir, de los militares, cuando la afirmación tajante del ejecutivo mexicano es inexacta, por decir lo menos.
En esta polémica participan incluso miembros de Morena que se oponen a la militarización de la Seguridad Pública del país, no solamente “opositores conservadores” como afirma el Presidente, lo que podría incluso desatar una desobediencia en el Senado de la República.
La vocera del vocero presidencial, Elizabeth García Vilchis, mejor conocida como Liz Vilchsimosa, trató de hacer una defensa de la postura de don Andrés tan poco fundamentada, tan lambiscona y llena de falsedades que, francamente, le resulta contraproducente al mandatario que va a pagar muy caro con esta obsesión que no tiene pies ni cabeza, porque se ha demostrado con creces que los soldados no están capacitados para la Seguridad Pública y su incursión en ella debe ser, como marca la Constitución, “extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”.
