martes, abril 16

¿Por qué Juan Zepeda se mantiene en stand by? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López S.

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¿De qué forma precisa la elección mexiquense podría ser “laboratorio de la Presidencial”?

Soy el único analista que ha planteado que Juan Zepeda, de Movimiento Ciudadano, podría dar la sorpresa en la elección mexiquense. La mayoría de los comentaristas de prensa con cierto grado de penetración en la clase política local, se ha dedicado a detractar ese punto de vista.

Por otra parte, los analistas de medios nacionales que se aventuran a tocar el tema de la compleja elección en el Estado de México, no tienen por lo general -con algunas excepciones- ni la más remota idea de lo que dicen cuando repiten el lugar común de que aquí se fragua una especie de “laboratorio de la elección presidencial“.

Lo primero que hay que tomar en cuenta -en mi modesta opinión- es que Juan Zepeda tiene un gran potencial propagandístico que -desgraciadamente para la esperanza de millones de mexiquenses anhelantes de un verdadero cambio, luego de la hegemonía secular del prianismo atracomulquense-, ha usado en forma presumiblemente mercenaria, como lo demostró con escandalosa evidencia en la elección del 17, restándole votos a Delfina Gómez -con el financiamiento nada discreto del ex gobernador Eruviel Ávila, según incontables notas y comentarios de la época-, factor decisivo que inclinó la balanza en favor del actual y muy probablemente último gobernador del mítico Grupo Atlacomulco.Eruviel Ávila financió la pasada campaña de Juan Zepeda, publicaron los medios

Ahora bien, la prensa matraquera -inducida por el priismo quizá más corrupto del país-, no entiende por qué Zepeda está en pausa, no abre la boca y se mantiene a la expectativa, conteniendo “inexplicablemente” sus indiscutibles capacidades para poner en jaque fácilmente a sus adversarias, ellas sí muy activas en recorridos compulsivos de 4 municipios promedio diarios, mientras despliegan en anuncios espectaculares sus mejores poses para la foto (retoque Photoshop incluido), como si se tratara de promocionar estrellas de cine o telenovela.

La decisión final sobre quién será favorecido por este pastor alemán de las campañas políticas -y factor indiscutible para inclinar la balanza-, no se ha tomado, debido a que en esta etapa de precampaña, hay un forcejeo bárbaro entre el Presidente López Obrador y el gobernador Alfredo del Mazo, ambos presionados por la feroz disputa adelantada de la sucesión presidencial.

Ni Marcelo ni Monreal (M&M) están a gusto ante la imposición de Adán Augusto. Sheinbaum no les preocupa porque saben que López Obrador la respalda pero no para la grande, sino para tratar de recuperar la confianza de los habitantes de la Ciudad de México, perdida en la elección Intermedia “por culpa de Monreal“. Y saben también que la exposición tempranamente peligrosa a la que la sometió el propio AMLO, le está costando muy caro a la Jefa de Gobierno, como era elemental predecir. Su ilusión ahora, desgraciadamente para ella, viaja en tranvía.

La balanza la inclinará Zepeda en favor de Alejandra del Moral, si, solo si, fracasa, por alguna circunstancia extraordinaria, la amenaza que López Obrador mantiene sobre Enrique Peña y su pandilla, de darle finalmente curso a las denuncias de Emilio Lozoya. Por eso el caso del corrupto ex director de Pemex se mantiene, también, en stand by.Alfredo del Mazo y AMLO negocian elección presidencial

Las corcholatas presidenciales mantienen una dura presión sobre el morenismo del Estado de México -a través del alcalde de Ecatepec y algunos otros grupos enemigos del antiguo GAP que apoya a doña Delfina-, porque no les conviene a algunas de ellas que don Andrés mantenga el control sucesorio.

Por eso Marcelo negocia desde hace mucho tiempo en lo oscurito con Del Mazo para contrarrestar la amenaza obradorista de poner fin a la impunidad con Peña y compañía si echan toda la carne al asador en la campaña de Alejandra y, de hecho, por eso dejaron suelta a Ana Lilia Herrera, por si tuvieran que echar mano de esta invicta contendiente a través de, por ejemplo, Movimiento Ciudadano.

Si Juan Zepeda se decidiera a convertirse en un candidato de “tercera vía”, es decir, antisistémico, tanto contra una 4T que ya ha decepcionado a mucha gente que votó por ellos, como contra el neoliberalismo salvaje, representado por la alianza conservadora, tendría oportunidad de ganar la elección, dado que en el 17, en pleno ascenso de la ola obradorista, fue capaz de arrancarle a Delfina Gómez un millón y pico de votos.

Ésa es la apuesta de Dante Delgado para hacerse de la tercera plaza importante del país. En las próximas semanas podría haber muchos reacomodos inesperados.

 

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