El as bajo la manga que guarda celosamente Norma Piña. AL GRANO. Por Jesús López Segura

En un escenario político cada vez más polarizado, la reforma judicial impulsada por el presidente López Obrador y respaldada por Morena ha desatado una ola de controversias. Ricardo Monreal, figura clave dentro del partido, ha dejado entrever medidas drásticas contra jueces federales que, al suspender la reforma, habrían intervenido en la vida interna del Poder Legislativo. Sin embargo, esta postura plantea serias dudas sobre el respeto al marco constitucional que el Poder Judicial está llamado a proteger.

A pesar de la solicitud de Claudia Sheinbaum, próxima presidenta electa, de pausar la aprobación de la reforma, Monreal y su grupo mayoritario en el Congreso parecen decididos a avanzar, ignorando las críticas nacionales e internacionales. Esta decisión ha provocado una respuesta enérgica desde el ámbito académico. Estudiantes y profesores de diversas universidades se han unido en una manifestación que denuncia la reforma como una “venganza” y un “capricho presidencial”, advirtiendo sobre los peligros de politizar la justicia.

Universitarios protestan por reforma judicial al tiempo que AMLO da su informe

Pero la tensión no se limita a las calles. La Suprema Corte, liderada por la ministra Norma Piña, ha comenzado a mostrar resistencia con resoluciones judiciales que buscan frenar el avance de la reforma. Se especula que la Corte podría desencadenar un conflicto mayor al revisar la asignación de diputaciones plurinominales, lo que podría afectar la mayoría calificada de Morena en el Congreso. Esta decisión, de confirmarse, podría convertirse en el catalizador de una “Primavera Mexicana”, liderada por una juventud que rechaza la manipulación del sistema judicial.

El desenlace de este enfrentamiento entre poderes es incierto, pero lo que está claro es que la ministra Piña tiene en sus manos una carta poderosa que podría cambiar el rumbo político del país, basada en la discrepancia con el criterio adoptado por el Tribunal Electoral para asignar plurinominales y obsequiar a Morena una mayoría calificada espuria.

El tiempo dirá si la Corte se convertirá en el último bastión de la independencia judicial en México.