Durante el sexenio de AMLO se han localizado 2,864, la mayoría en Veracruz, Colima, Sinaloa, Guerrero y Michoacán

Desde que comenzó la guerra contra el crimen organizado en 2007, las fosas clandestinas se han multiplicado, abarcando casi una cuarta parte de los municipios en México. Durante el sexenio de AMLO, se han localizado 2,864 fosas clandestinas, la mayoría en Veracruz, Colima, Sinaloa, Guerrero y Michoacán, plantea un amplísimo reportaje de la revista Proceso.

En los últimos años, especialmente durante la administración de López Obrador, se ha visto un aumento en la localización de estas fosas ilegales. En total, se han encontrado 5,696 en el país, lo que equivale a casi una por día desde 2007. Durante el sexenio actual, se descubrieron más de la mitad de todas las fosas registradas hasta ese momento.

Las fosas clandestinas se han vuelto cada vez más comunes en municipios con poblaciones de menos de 250,000 habitantes, incluyendo lugares como Tecomán en Colima, Úrsulo Galván y Playa Vicente en Veracruz, Salvatierra en Guanajuato, y Puerto Peñasco en Sonora.

A pesar de la magnitud de este problema, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) proporciona información sobre la ubicación de estas fosas, pero no incluye el número de cuerpos recuperados en cada una. Esto plantea preguntas sobre la identificación de las víctimas y la obtención de justicia.

El aumento en las fosas clandestinas se relaciona con la militarización de la seguridad pública y la creciente violencia en el país. Además, se han observado métodos cada vez más crueles para deshacerse de los cuerpos, como el uso de ácido o la incineración de restos óseos para evitar la identificación.

La búsqueda de personas desaparecidas se ha vuelto peligrosa en México, y los colectivos de búsqueda enfrentan intimidaciones y agresiones. A pesar de los riesgos, estas familias siguen buscando a sus seres queridos desaparecidos en fosas clandestinas, concluye el reporte de Proceso.